Un niño de doce años habla de suicidio en una carta tras ser discriminado en un colegio británico

Su familia ha presentado una denuncia contra el Colegio Británico de Las Palmas de Gran Canaria por vulneración de derechos fundamentales tras dejarlo sin plaza argumentando falta de recursos para atender su condición

Gran Canaria

Pedro ingresó en el colegio británico de Las Palmas de Gran Canaria a raíz de una sentencia que determinó en 2015, por acuerdo de sus padres, que debía estudiar en ese colegio. Desde los cuatro años estudia allí, donde ha desarrollado toda su infancia rodeado de amigos que a día de hoy no dan crédito a lo que está pasando. El niño padece un trastorno por déficit de atención y un tourette leve, con buena evolución, según los informes médicos que además, recomiendan su escolarización inmediata, pero el colegio británico se niega.

La familia ha presentado una denuncia en el Juzgado de primera instancia de Las Palmas de Gran Canaria por vulneración de los derechos fundamentales del alumno, después de que la dirección del colegio tomara la decisión de suspender su matrícula. Lo hizo tras ocho años escolarizado en ese centro, rompiendo el vínculo con su entorno y sus amigos. El colegio británico aduce no tener los recursos para atender su condición de alumno con TDAH. Además, al suspender su matrícula y dejarlo sin clase fuera del plazo de matriculación, el niño está sin escolarizar, lo que es ilegal en España.

«He querido escapar de este universo suicidándome», escribe el niño en una carta

Pedro presenta ya pérdida de apetito, cambios de sueño y una enorme tristeza por la situación que está viviendo al separarlo de todos sus amigos a falta de un año para ingresar en secundaria. A pesar de su condición, es totalmente competente, aprueba las asignaturas, es inteligente y sociable, aunque requiere un mínimo de atención a la diversidad en su comportamiento, como todos los niños como él. Ocho años después de su ingreso en este centro, el colegio británico comunicó a su familia la suspensión de la matrícula el pasado dos de junio, cuando el niño acababa de completar el equivalente a quinto de primaria.

El adolescente ha escrito una carta en la que denuncia la situación que está viviendo. Entre otras cosas, el niño revela en esa carta que ha «intentado escapar de este universo suicidándome (…) porque el mundo es un asco», reza la misiva. «El TDA es una manera diferente de visionar el universo. Puede no ser perfecta, puede tener errores, puede no ser ideal para algunos, pero para mí es perfecta», explica el niño. «No hay problema en ser diferente pero no creo que echar a alguien por esto sea lo correcto», explica el niño con una madurez asombrosa para su edad.

No me di cuenta de la magnitud de lo que estaba pasando hasta que se sentó en mi ordenador y escribió eso. Tuve que ir directamente a su psiquiatra y está recibiendo un tratamiento», explica Jane. «Es grave escuchar lo que dice mi hijo y ver las estadísticas, mi hijo está dentro del grupo de edad, tiene ese perfil, y además de alumno es paciente», añade Jane, que pidió cita en salud mental en la sanidad pública en marzo y se la dieron en octubre. Más de medio año en lista de espera a pesar de que se trata de un niño de doce años que ha dejado por escrito su voluntad de quitarse la vida.

El colegio británico habla de falta de medios y se escuda en su condición de extranjero

«Me han echado del colegio de un día para otro por tener dislexia y TDA con hiperactividad», afirma el adolescente. La Cadena SER se ha puesto en contacto con el director del colegio, Julian Clarck, para preguntarle por qué no han admitido a Pedro en el colegio donde lleva estudiando desde los cuatro años. «Apoyamos a alumnos con dificultades de aprendizaje leves y hasta moderadas, pero no ofrecemos un currículo alternativo al Currículo Nacional Inglés, ni tenemos acceso a los recursos o a la amplia estructura de apoyo que proporcionan las autoridades educativas locales», explican a la SER en un correo electrónico.

Jane Báez ha solicitado al juzgado un cambio de colegio para el año que viene, para que comience la secundaria en un centro especializado en Madrid, pero su deseo es que termine la primaria con sus amigos aquí en Gran Canaria, a lo que el colegio británico de Las Palmas de Gran Canaria se opone rotundamente. Argumentan en un correo electrónico que no seria lo mejor para él y que perjudicaría su autoestima. Además, ni el Juez ni la Fiscalía estiman necesario un cambio de colegio en este momento.

La consejería de Educación afirma que tiene las manos atadas al ser un colegio extranjero

La consejería de Educación explica a la SER que «este alumno tiene abiertas las puertas de la educación pública de Canarias, aunque sus padres son libres para elegir la opción que quieran», aunque esté fuera de plazo. En cuanto a una posible intervención de la inspección educativa, «al tratarse no sólo de un centro privado, sino de un centro extranjero, la normativa limita la actuación de la inspección española, y requiere que, en primera instancia, sea la inspección educativa de Reino Unido la que estudie el caso y tome las medidas oportunas», afirman desde el Ejecutivo

La plataforma de Atención Temprana alza la voz en contra de la discriminación que sufre Pedro

Las estadísticas dicen que cuatro de cada diez niños neurodiversos se han sentido discriminados alguna vez en los colegios. «Este caso es peor, porque refleja una sociedad de adultos insolidaria. Una sociedad intolerante y con poder. Los menores con TEA no son personas raras, son personas cuya condición necesita un cambio en la sociedad», lamenta Alicia Verona. «A Pedro lo quieren sus amigos y sus amigas, son los adultos insolidarios los que no están permitiendo la inclusión de este menor en la situación. Esto está sucediendo ante la impasividad de quienes lo tienen que solucionar», concluye.