«Hablar del suicidio es hablar de la vida»

El periodista granadino Pablo Montes dirige ‘Sobre vivir’, una película repleta de testimonios que estrenó la plataforma digital Filmin

Pablo llevaba horas estudiando, en su piso de Madrid. Se levantó de la silla, estiró las piernas y notó el rugido en el estómago. «Voy a preparar la cena», pensó. Justo en ese momento, al otro lado de la ventana, una sombra pasó de largo. Luego escuchó el golpe. «Un golpe muy fuerte». Abrió el balcón y abajo, en la calle, yacía un cuerpo. «Mi vecino de arriba se acababa de tirar. Mi vecino, con el que había hablado un par de horas antes. ¿Qué situación tan horrible estaría pasando para preferir tirarse por la ventana a seguir viviendo? Te da la vuelta el estómago y la cabeza».

«Ese fue el origen», recuerda Pablo Montes Sánchez (Granada, 1996), periodista, fundador de la productora audiovisual Cárabo y director de ‘Sobre vivir’, un documental tan duro como hermoso. Una película que arroja luz sobre un tema que, hasta hace nada, no se podía ni pronunciar. «Se llama ‘Sobre vivir’ porque habla del suicidio, pero no queríamos que fuera vinculado solo a la muerte. Hablar del suicidio es hablar también de la vida, de todas esas causas que nos llevan al límite: la frustración, el desempleo crónico, la falta de expectativa, la soledad, la ludopatía, los abusos sexuales… Hablar del suicidio es hablar de un montón de problemas que nos afectan como sociedad».

‘Sobre vivir’ se estrenó el 29 de abril en el Palacio de Condes de Gabia y, el 12 de mayo, en los Cines Paz de Madrid. Ambas con lleno de público y ovación sentida. Y, desde finales de mayo, disponible en la plataforma Filmin. «Estamos muy contentos. Cuando empezamos no había seguridad de nada. Tan solo teníamos la voluntad». Una voluntad que ha implicado a un equipo de quince profesionales que han grabado 200 horas de entrevistas durante diez meses. «Hemos entrevistado a más de cien personas, aunque no todas salen –apunta el director–. Hay una veintena de testimonios directos, de personas que o bien han intentado suicidarse o de familiares de personas que lo han consumado. Luego hay psicólogos, psiquiatras, médicos forenses, policías, bomberos, profesores, periodistas… que aportan desde su campo lo que ellos creen que se podía hacer. Porque el suicidio no se puede erradicar, es inherente al ser humano. Pero sí se puede reducir».

Lo que está claro, opina el director, es que el tabú del suicidio ha desaparecido. «Se ha perdido el miedo. Creo que la pandemia ha desbordado todo, pero todavía mucha gente mayor sigue sin querer decir nada. Los jóvenes, sin embargo, por el efecto de las redes sociales quizás, hablan abiertamente de salud de mental, de pedir ayuda, de ir a terapia…». Ahí juega un papel importante famosos como Ángel Martín, autor del libro ‘Por si las voces vuelven’. «Se revela vulnerable, que llora y no pasa nada por decirlo. No podemos ser Superman», reflexiona Montes.

La calle Mesones está llena de gente mirando escaparates y pensando en sus cosas. Montes, observando con atención, expulsa la pregunta: «¿Sabes que se ha incrementado la tasa de suicidio un 17% en el último año?». En un momento del documental, el equipo de rodaje sube al Mulhacén arropado por decenas de personas afectadas por el suicidio de una manera u otra. «Era algo simbólico: el número de suicidios ha aumentado tanto que ya supera a la altitud del Mulhacén». Más datos: en los últimos 20 años, los intentos de suicidio en adolescentes se han multiplicado por veinte. Hay dos millones de personas en España que toman ansiolíticos al día. Es la primera causa de muerte no natural de España. «Y casi la mitad de la población mundial tendremos, en algún momento, ideas suicidas en nuestra vida –recalca el periodista granadino–. La gente se va a ver reflejada».

¿Sirve el documental como material educativo? «Hay que hacerlo con sentido común. No es para un niño de 8 años, pero sí para adolescentes de 15 o 17 años, explicándoles lo que están viendo. No es un documental morboso ni amarillista. Pero es duro, hay gente que cuenta que ha estado a punto de tirarse por una ventana. Y, pese a lo que se cree, no hay efecto llamada. Es justo lo contrario: la gente ve que hay otras salidas». Varios seminarios de las Universidades de Granada, Jáen y Madrid ya tienen previsto proyectar el documental.

Uno de los testimonios más duros de ‘Sobre vivir’ es el de Patricia, una mujer que llevaba catorce años sin contarle a nadie su experiencia. «Ni siquiera su familia lo sabe», dice Montes. «Lloramos mucho –sigue– y nos fuimos con una sensación agridulce. ¿Y si había sido mala idea? A los días nos llamó y nos dio las gracias porque había sido terapéutico para ella. Lo fue para todos», termina.

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