Diferencias sobre la prioridad del suicidio en el Plan de Salud Mental

El XXII Congreso Nacional de Psiquiatría cierra con un debate sobre las estrategias de prevención de estas muertes

La ministra de Sanidad María Luisa Carcedo anunció días atrás que la nueva Estrategia Nacional de Salud Mental, cuyo borrador está en posesión de diferentes autoridades, expertos y sociedades científicas, va a tener una línea estratégica centrada en la prevención y abordaje del suicidio. De esta forma, se convierte en prioritario frente a otros problemas dentro la salud mental, hecho que no ha gustado a todos.

Andrea Gabilondo, psiquiatra de la Red de Salud Mental y coordinadora del programa piloto de prevención de conducta suicida de Gipuzkoa, y Víctor Pérez-Sola, del Hospital del Mar de Barcelona y miembro del Cibersam, han moderado este debate ‘Factores clave en el desarrollo de programas de prevención del suicidio. La experiencia de las comunidades autónomas’, que ha tenido lugar en las últimas horas del XXII Congreso Nacional de Psiquiatría que se ha celebrado en Bilbao entre los días 26 y 28.

Uno de los integrantes de este debate ha sido Miguel Ángel González-Torres, quien forma parte del Comité Técnico de su elaboración. Según ha explicado, el abordaje del suicidio ha sido la única línea dentro del plan que ellos no han redactado.

Nuevo intento

Después de que el Consejo Interterritorial rechazase en 2016 el anterior borrador del Plan de Salud Mental, que Francisco Ferre ha explicado y, que según se ha dicho su no aprobación se debió a motivos políticos y no tanto a los aspectos mejorables, aunque los tuviese, un nuevo Comité Técnico se puso manos a la obra de una nueva estrategia.


«El suicidio es priorizable, pero junto a otros problemas»

En estos años, a base de literatura científica y propuestas de los materiales, se llegó a un nuevo borrador que se ha remitido a grupos de interés. Estos, a su vez, han enviado sus propuestas y comentarios al Ministerio. El proceso, ahora, se encuentra paralizado al no haber un Gobierno estable. Solo cuando se consiga, se recogerán y valorarán estas propuestas para la estrategia, que no es de obligado cumplimiento para las comunidades autónomas ni cuenta con un presupuesto asignado.

González-Torres, quien no ha dado demasiados detalles debido a que el borrador es aún confidencial, ha explicado que intentó redactar una línea dentro de la estrategia con los grandes grupos de patologías mentales que hay. Pero le dijeron que era «muy farragoso». Después, apareció la instrucción de Sanidad de que, en cambio, sí se va a incluir una línea dedicada al suicidio. El documento les llega redactado. Es el único aspecto que no elabora el Comité Técnico.

A favor y en contra

El experto, que ve pacientes con riesgos de suicidio todas las semanas, considera que la prevención del suicidio es muy importante, pero «no la prioridad de las prioridades«. Piensa que la línea estratégica responde más a una «posición política». Y que falta que se dé prioridad a problemas como los trastornos de personalidad.

Por su parte, Mercedes Navío Acosta, coordinadora de la Oficina Regional de Coordinación de Salud Mental en la Comunidad de Madrid, ha recordado que la prevención del suicidio es una prioridad para los políticos desde hace dos años -y que viene, han dicho algunos de los participantes, de la ex ministra Carmen Montón- pero que muchos expertos llevan décadas poniendo énfasis sobre este problema.

«Claro que el suicidio es priorizable, pero junto a otros temas. El problema es que se han negado a incluir ninguna otra priorización», ha asegurado.

Varios de los psiquiatras presentes han hablado sobre cómo se debe enfatizar también en los trastornos mentales que terminan derivando en estos suicidios, o de cómo la Salud Mental ha quedado rezagada con respecto a otras áreas de la Medicina. Entre los participantes se encontraba Celso Arango, actual presidente de la Sociedad Española de Psquiatría.

Experiencias de varias CCAA

Durante el encuentro, varios representantes que han participado en los planes, estrategias o protocolos de prevención del suicidio de sus comunidades autónomas han explicado los mismos. Es decir, cómo y quiénes los han creado, con qué objetivos y qué resultados -de tenerlos- han obtenido. Asturias, País Vasco, Galicia o Cataluña han sido algunas de las CCAA representadas.


«Vamos a terminar haciendo 300 planes»

Todo ello ha servido para ver qué hay que hacer y qué no en prevención. También se ha hecho hincapié en las lagunas que la mayoría de comunidades tienen, como la falta de intervención en la comunidad. Porque, según han explicado, muchos de los suicidios cnsumados de los que tienen conocimiento no pertenecen a sus pacientes, sino que estaban fuera del radar de su unidad de Salud Mental. Ver cómo pueden, entre todos, conseguir identificar a esas personas y vincularlas es otro de los objetivos.

Entre las conclusiones, Gabilondo ha señalado como otro de los aspectos a tener en cuenta la vigilancia del suicidio: cómo pueden los especialistas ponerse de acuerdo con los forenses, la comunidad y los familiares para saber mejor cómo son las personas que intentan o cometen suicidio. Para hacer mejores planes.

Pilar Alejandra Sáiz Martínez, como representante del Principado de Asturias, ha señalado que la estrategia promueve que las CCAA desarrollen planes en la prevención del comportamiento suicida. «Y creo que vamos a terminar haciendo 300 planes, lo que no es bueno. Tendríamos que tener, y tenemos, la capacidad como grupo potente de establecer los mínimos que deberíamos tener en toda España: que sean mucho más coordinados y homogéneos», ha dicho.

Varios de los expertos han pedido que en el próximo evento participen todas las comunidades autónomas para poner en común estos y otros aspectos que permitan seguir avanzando. Julio Bobes, el presidente del Comité Organizador Local del XXIII Congreso Nacional de Psiquiatría, que tendrá lugar en Oviedo en 2020, ha recogido el guante.

redacción médica

Deja una respuesta