Los trastornos mentales, detrás del 90% de los casos de suicidio

Depresión, bipolaridad, psicosis y estrés postraumático son los más frecuentes. El estigma hace que muchas personas no busquen ayuda

Es el drama más silencioso, del que nadie quiere hablar. El suicidio es un grave problema de salud pública. Anualmente, 800 mil personas se quitan la vida: una muerte cada 40 segundos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ya es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años y la problemática va en aumento. El informe “Situación de la salud de los y las adolescentes en Argentina”, elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación y Unicef, revela que desde los 90 hasta la actualidad la tasa de suicidios en jóvenes se triplicó en el país (pasó de 2,5 por cada 100 mil habitantes a 7,4 cada 100 mil). “El suicidio es un fenómeno complejo y multicausal, no obedece a una sola causa o es el resultado de un sólo hecho”, le explicó a PERFIL Luciano Grasso, director nacional de Salud Mental y Adicciones del Ministerio. Por lo general, intervienen factores biológicos, psicológicos y sociales. “En el 90% de los casos detrás del suicidio hay un trastorno mental. Depresión, depresión en el contexto de un trastorno bipolar, psicosis, trastornos de personalidad y estrés postraumático son las más frecuentes”, aseguró, por su parte, Marcelo Cetkovich, directo del Departamento de Psiquiatría de Ineco y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro. “Por otro lado sabemos que además de todos los determinantes de los trastornos, suele haber algún disparador. Por eso decimos que es multicausal. Se mezclan factores genéticos, eventos vitales estresantes precoces y detonantes actuales”, agregó.

Para el psicoanalista Andrés Rascovsky, ex presidente de la Asociación Psiconalítica Argentina, todas las situaciones de crisis psíquica están sobredeterminadas. “Hay una serie complementaria, decía Sigmund Freud: desencadenante actual, situaciones traumáticas y la historia infantil. Eso suma para llegar a un punto de desorganización o crisis”. Asistencia. Según las últimas estimaciones de la OMS, más de 300 millones de personas viven con depresión, un incremento de más del 18% entre 2005 y 2015. Sin embargo, casi el 50% de las personas con este trastorno no reciben tratamiento. El estigma, particularmente en torno a las enfermedades mentales y el suicidio, disuade de buscar ayuda a muchas personas que piensan en quitarse la vida o han tratado de hacerlo y, por lo tanto, no reciben la atención que necesitan. El año pasado la OMS lanzó la campaña “Depresión: hablemos”, con el objetivo de que cada vez más personas busquen y obtengan ayuda. “Dejar que una persona que contempla el suicidio se exprese libremente puede ayudar a que no lo cometa”, sostuvo Devora Kestel, jefa de la Unidad de Salud Mental de la Organización Panamericana de la Salud. Para Cetkovich, es difícil prevenir el suicidio pero es de gran utilidad. “Hay que estar alertas a cambios de conducta, sobre todo si la persona tiene antecedentes de algún trastorno mental. Evitar el aislamiento. Observar conductas no habituales, como hablar en forma reiterativa de la muerte, despedidas fuera de contexto o evitación de los allegados. Hay que evitar el silencio: si estamos preocupados por alguien, es mejor que con cautela nos interesemos por su estado y ofrezcamos nuestra ayuda. Una simple escucha y acompañamiento”, aconsejó.

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Desde el Ministerio de Salud de la Nación aseguraron que están trabajando para que cada jursidicción tenga una línea o programa específico de atención al suicidio. Desde la Ciudad de Buenos Aires, la ONG Centro de Asistencia al Suicida (www.casbuenosaires.com.ar) atiende a todo el país en el (011) 5275-1135 o por el 135, pero en horarios restringidos ya que hacen falta más voluntarios. Cómo tratarlo en los medios. “El suicidio es un problema de la salud pública que afecta a todo el mundo y el suicidio de un famoso genera mucho impacto”, aseguró Alejandro Ferreira, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Rivadavia, en relación con las muertes de los norteamericanos Kate Spade y Anthony Bourdain, y de la argentina Inés Zorreguieta, hermana de Máxima. Existe evidencia suficiente para sugerir que algunas formas de cobertura periodística y televisiva real del suicidio están asociadas con un exceso en suicidios estadísticamente significativo. Por eso, desde el Ministerio de Salud de la Nación detallaron algunos puntos a tener en cuenta a la hora de comunicar esta temática:

• No publicar fotografías o notas suicidas.

• No informar detalles específicos del método usado.

• No dar razones simplistas.

• No glorificar ni hacer una cobertura sensacionalista del suicidio.

• No usar estereotipos religiosos o culturales.

• No aportar culpas.

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