El Estado tiene la posibilidad de aplicar estrategias de atención primaria en salud mental
El desempleo, el aislamiento, el distanciamiento social, la incertidumbre y el miedo a ser víctima de un ‘cruel asesino invisible’ son factores que están operando desde el primer día de esta pandemia sobre el equilibrio emocional de todos los colombianos. Prueba de ello son las manifestaciones de hambre en las calles y en el incremento de las llamadas a los teléfonos de emergencia por maltrato infantil, violencia doméstica o amenazas de suicidio.
Hay muchos investigadores a nivel global que tratan de alertar sobre la necesidad de prevenir el suicidio en esta crisis. Se destacan los recientes cálculos hechos en Estados Unidos (Well Being Trust) que señalan que las muertes por desesperación asociadas a la depresión, al suicidio, al alcoholismo y a las drogas podrían ser mayores que por el coronavirus si el país falla en tomar acciones decididas para contrarrestar el impacto de la pandemia sobre el equilibrio emocional de las poblaciones en mayor riesgo. Se calcula que en un escenario intermedio, que depende de la magnitud del impacto económico y la capacidad de recuperación de las personas, ocurrirán en ese país unas setenta y cinco mil muertes por suicidio atribuidas a la pandemia.
Las muertes por desesperación asociadas a la depresión, al suicidio, al alcoholismo y a las drogas podrían ser mayores que por el coronavirus
Esta es una predicción que aplica a un país desarrollado, pero no se puede desconocer el enorme impacto destructivo de la desesperación, que puede ser peor en otras regiones con mayores necesidades fundamentales insatisfechas. Es preciso llamar la atención sobre los graves problemas emocionales que están viviendo las personas más desprotegidas y que pueden causar más daño que la virosis.
El Estado tiene la posibilidad de aplicar estrategias de atención primaria en salud mental gracias a la utilización de instrumentos sencillos (existentes) para la detección temprana del riesgo de suicidio. Y combatir la gran indiferencia y los enormes prejuicios que existen hacia los temas de salud mental en todos los niveles.