La Asociación Española de Pediatría (AEP) aseguran que los pediatras y médicos de atención primaria son fundamentales en la prevención
Los pediatras españoles alertan de su preocupación por los suicidios entre la población joven. Se trata de la segunda causa de muerte entre los 15 y 29 años, solo por debajo de los tumores malignos. Hasta 3.941 personas se quitaron la vida en el año 2020 y 300 de ellos eran jóvenes. Asimismo, se suicidaron en España 14 niños menores de 15 años, el doble que en el estudio anterior.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha alertado del aumento de autolesiones y suicidios entre niños y adolescentes, y ha solicitado un plan nacional de prevención del suicidio para acabar con esta problemática.
Piezas clave
En un comunicado, la asociación explica que los pediatras y médicos de atención primaria, junto con el personal de enfermería, son fundamentales en la prevención de las conductas, ya que suelen ser los que más y mejor conocen a los niños y sus familias. Asimismo, los centros escolares son reguladores muy importantes de la conducta de los niños y jóvenes, amortiguando muchas situaciones de estrés y ansiedad en esta población.
La AEP enumera también algunas carencias a la hora de poner punto y final a la situación, como la «ausencia o heterogeneidad de los programas de prevención del suicidio», la falta de formación específica sobre salud mental y recursos insuficientes de los profesionales que están en contacto con los niños y adolescentes y «desbordamiento de los servicios tanto de atención primaria como de urgencias y de atención a la salud mental».
Estrategia unificada
Los pedriatas proponen algunas soluciones. En primer lugar, crear una estrategia unificada en la población pediátrica «con el objetivo de disminuir la morbimortalidad por suicidio y mejorar la atención de las personas de riesgo y sus familias». En segundo lugar, los sanitarios piden el Gobierno «un plan de prevención de suicidio».
Asimismo, los médicos piden «mejorar e incrementar los recursos materiales y humanos de atención a la salud mental dirigidos a niños y adolescentes». Finalmente, los pediatras solicitan «implantar programas de formación para los centros escolares dirigidos a profesores, orientadores y resto de profesionales que atienden a los niños».
Detección de factores
Para la AEP es muy importante el último punto con el objetivo de detectar los factores de riesgo, precipitantes, protectores y señales de alerta que influyen en la posibilidad de suicidio del niño o adolescente. Asimismo, saber cómo atender al protagonista, escuchándole con actitud de apoyo, con sensibilidad, rapidez y ponderando en cada caso la confidencialidad.
Por último, los expertos consideran vital «conocer estrategias útiles para evitar el empeoramiento de la conducta o un posible efecto de imitación» y «formar a algunos alumnos de apoyo, que ayuden a detectar casos tanto en el centro escolar como en el entorno social, incluyendo las redes sociales«.