Tres meses sin cita en psiquiatría tras intentar suicidarse

Francisco tuvo que recurrir a Feafes para recibir apoyo psicológico tras ser dado de alta del hospital

Francisco tiene diagnosticado un trastorno bipolar

MÓNICA P. VILAR 

«Fue como si de repente se me apagaran las luces y me quise morir». Así explica Francisco -nombre ficticio- lo que sucedió aquel verano del 2017 en el que intentó quitarse la vida. Nunca hasta entonces había sido consciente de sufrir un problema mental. A raíz de su intento de suicidio pasó un mes ingresado en un hospital gallego del que no guarda buen recuerdo. «Las instalaciones estaban en un estado pésimo y solo tenía un pasillo de 40 metros para recorrer una y otra vez. Podía recibir visitas, pero no salir al exterior. Lo peor es que el psiquiatra pasaba cada tres o cuatro días y esa espera entre una consulta y otra era angustiosa. Además casi todo el tratamiento era a base de pastillas, atención psicológica cero», narra.

Cuando le propusieron darle el alta ni se lo pensó. No sospechó que, una vez en la calle, no le darían cita en psiquiatría hasta tres meses después. «Me sentí completamente abandonado, sin red. Lo que más necesitas en ese momento es hablar con alguien, preguntar tus dudas, sentir que tienes ayuda para que no vuelva a pasar», explica. Fue su pareja de aquel entonces quien tomó las riendas y, buscando en Internet, dio con Feafes. «Ellos me cambiaron la vida. Me dieron cita inmediatamente para una atención psicológica continuada y también dieron apoyo a mi familia».ADVERTISEMENT

Actualmente Francisco tiene diagnosticado un trastorno bipolar y le han reconocido una discapacidad del 50 %. Ha estado hospitalizado cuatro veces y dice que las cosas no han mejorado. «En una de esas ocasiones ingresé un jueves y hasta el martes no tuve la primera consulta con un psiquiatra, fueron cuatro días en tinieblas», recuerda. Él sigue acudiendo a terapia en Feafes y actualmente está buscando trabajo, una tarea nada fácil cuando cuenta su historia. «Hablo abiertamente de ella y, a veces, me siento rechazado».

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