bandonarse al dolor sin resistir y suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado», es una de las frases célebres de Napoleón. Sin embargo, quizás algunas personas sienten que ya han resistido y luchado demasiado, que ya no aguantan porque la maleta de problemas, penas y frustraciones pesa demasiado en la espalda.
Entonces, ¿cuál es el mejor camino para dejar de sentir, sufrir y llorar? ¿la muerte? Para miles de personas alrededor del mundo el suicidio es el mejor camino. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 800 mil personas se quitan la vida cada año. En 2016, el suicidio fue la segunda causa de muerte entre las personas de 15 y 29 años y peor aún, aproximadamente cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo.
En los últimos días Colombia quedó conmocionada con la noticia de Jessi Paola Moreno, de 32 años de edad, quien al parecer por graves problemas económicos, saltó junto con su pequeño hijo May Nicolás Moreno, de 10 años, de un puente en construcción en la variante que de Ibagué comunica al municipio de Cajamarca. La mujer no escuchó los ruegos de la policía, psicólogos y bomberos. Simplemente se lanzó al vació llevándose consigo al menor.
De acuerdo con cifras de Medicina Legal, en 2018 se registraron en el país más de 1.600 casos. Según un estudio de Forensis, entre 2008 y 2017 , los suicidios en Colombia aumentaron un 25 por ciento.
Motivos que acorralan en un túnel ¿sin salida?
Este tipo de noticias pegan duro y parten el alma, de eso no hay duda, pero ¿cómo se podría prevenir un suicidio? ¿cómo detectar las señales? ¿Cómo hacerles entender a la comunidad que por más oscuro y turbio que pinte el panorama, siempre habrá una mejor salida?
La psicóloga clínica, María Kamila González, empezó por explicar en diálogo con RCN Radio/La FM, que actualmente las nuevas generaciones tienen menos tolerancia a la frustración. «Diversos estudios prueban que el suicidio ocurre como consecuencia de una pobre red de apoyo, de la falta de vínculos significativos que ayuden a soportar las crisis vitales…. Además, estamos muy ‘conectados’ gracias a la tecnología, pero al mismo tiempo estamos más alejados o ausentes de nuestro mundo real».
Para la especialista este es un problema, por más seguidores o ‘amigos’ que se tengan en las redes sociales, pocas veces se comparte un café con ellos, y por supuesto, no generamos momentosSuicidio, ¿un flagelo social sin salida?
González asegura además, que es muy alta la exigencia que nos hemos autoimpuesto como sociedad. «Todos corremos tras el ‘éxito’ que no es más que una ilusión, estudiar, trabajar, ganar dinero, casarse, tener familia, tener un buen cuerpo, tener una casa, un carro… Y si alguna de estas cosas no ocurre en el ‘tiempo correcto’ sufrimos, porque nos comparamos y nos inyectamos de esa envidia y frustración con sobredosis de redes sociales donde vemos cómo otros logran lo anhelado… Es como una bola de nieve que inicia pequeña y luego simplemente se los lleva por delante».
Por otro lado, es necesario aclarar también que no todas las personas en el mundo se suicidan por problemas sociales, económicos o mentales, para la psiquiatra Marcela Alzate es importante explicar que, «las personas también acaban con su vida por situaciones culturales como el harakiri, se deben tener en cuenta los Kamikazes o aquellas personas que están en una situación de estrés extremo como lo ocurrido con las personas que saltaron desde las Torres Gemelas cuando ocurrió la tragedia».
Para completar, María Kamila González agrega que «el suicidio es un evento multicausal», detonado por diferentes factores que incluyen problemas económicos, falta de apoyo, pérdida de relaciones significativas, conflictos familiares y de pareja, desempleo, enfermedades físicas y mentales, abuso de drogas o alcohol, duelos, traumas por abuso sexual, maltrato, entre otros.
Salud mental inestable
Los trastornos mentales sin duda son también una buena parte del problema. En La Encuesta Nacional de Salud Mental de 2015 (ENSM) encontraron como resultado que, «en la población de 12 a 17 años se encuentra que el 12,2 por ciento es positivo en el tamizaje para algún trastorno mental. El 52,9 por ciento tiene uno o más síntomas de ansiedad, el 19,7 por ciento manifiesta cuatro o más síntomas de depresión, el 2 por ciento de los adolescentes poseen síntomas sugestivos de convulsiones o epilepsia y 10,1 por ciento síntomas sugestivos de algún tipo de psicosis».
La encuesta también fue realizada en una población mayor, «En personas de 45 años y más, el 54,8 por ciento tiene uno o más síntomas de ansiedad, el 71,9 por ciento presenta de uno a tres síntomas de
depresión y el el 6,7 por ciento tiene indicadores de psicosis «.
«Los suicidios por trastornos depresivos o las ideaciones suicidas en personas que tienen antecedentes de depresión son mucho más comunes. Las estadísticas dicen que más o menos 3 o 4 personas de cada 10 que se suicidan pueden tener una condición de depresión, pero de igual forma otros trastornos como el bipolar, la esquizofrenia o ansiedad pueden terminar con este fatal desenlace», comenta Marcela Alzate.
¿Cómo detectar señales suicidas en en alguien?
El comportamiento de las personas con ideas suicidas, de acuerdo con González, depende del diagnóstico y demás factores que hayan provocado en la persona el tomar esta determinación. Sin embargo, hay señales, que por ejemplo, consisten en despedidas, llamados de atención; que aunque puedan malinterpretarse como manipulación, no deja de ser una advertencia; debilidad emocional, aislamiento, desmotivación, entre otras.
«Sin embargo, a veces se presentan situaciones con personas que cometen suicidio de forma impulsiva, por lo que no hay forma de detectarlo y por ende, de prevenirlo», expresa la doctora González.
Por su lado, Marcela Alzate opina que la mejor forma de prevenir un suicidio es «hablar del tema abiertamente», y así como existen factores de riesgo, también hay factores protectores, esto quiere decir, que aferrarse a situaciones religiosas o familiares que lo contengan.
Consejos para salir adelante
Para la psicóloga María Camila González siempre hay una solución, aprender a vivir la vida con un equipaje más ligero, evitar las deudas, disfrutar de las pasiones. «Es necesario alimentar las relaciones de amistad, familiares y de pareja, estos son enormes factores protectores. El vínculo, el afecto y el contacto cercano con otros nos
ayuda a aliviar los problemas, ver nuevas perspectivas, desahogarnos y hallar consuelo».
*Para aquellas personas que se encuentran en una situación de asfixia emocional, que se sienten en un túnel sin salida, la doctora González a su taller de ‘Edukarte’, titulado ‘Aférrate, soportemos la vida juntos’, que se realizará el domingo 24 de febrero con entrada libre, en el parque El Virrey.