Un robot de la Universidad de Ámsterdam anticipó y consiguió evitar el suicidio de un estudiante chino que se encontraba en Nanjing, a 8.000 kilómetros
Li Fan es un estudiante chino de 21 años que hace unos días trató de suicidarse. «No puedo seguir más, voy a rendirme», escribió en su cuenta de Weibo, una de las redes sociales más populares en el gigante asiático. Sin embargo, una inteligencia artificial inserta en un ordenador de la Universidad Libre de Ámsterdam evitó que cumpliera su objetivo, aún encontrándose a más de 8.000 kilómetros de distancia.
El sistema detectó el mensaje publicado por Fan y automáticamente activó el protocolo. Primero, avisó a los voluntarios del programa de intervención de suicidios para que trataran de contactar con el estudiante. Tras no conseguirlo, la inteligencia artificial avisó a la policía local de la ciudad de Nanjing, que pudieron salvar la vida de Fan, según la información difundida por la BBC británica.
Huang Zhisheng es el responsable del programa. Este investigador, residente en la capital de Países Bajos, ha conseguido evitar hasta el pasado agosto que 662 personas se suicidaran. «Cada semana podemos salvar a unas 10», afirmó en una entrevista el también profesor de la Universidad Médica de Pekín.
La idea del sistema se remonta a marzo de 2018. Zhisheng creó entonces un robot de escucha diseñado para redes sociales que actúa como si se insertara «en el hueco de un árbol» (en inglés, el sistema recibe el nombre de tree hole bot). Un ‘tree hole’ es el nombre que reciben en China los sitios web en los que los ciudadanos publican sus confesiones más íntimas.
Esta inteligencia artificial clasifica los posibles indicadores de suicidio en una escala de 1 a 10 y envía una alerta cuando se supera el nivel 6. Por ejemplo, este robot consiguió evitar que una mujer se quitara la vida después de que esta publicase el siguiente mensaje: «¿Alguien quiere saltar al río conmigo?». También salvó a otra mujer que retransmitió en directo cómo se tragaba más de 60 pastillas contra el insomnio.
Este sistema permite a los investigadores y voluntarios del programa estar al tanto de las tendencias suicidas en la red con un 82% de acierto, según sus creadores.
Ínstagram, otro de los pioneros en combatir el suicidio
Ínstagram ya prohíbe cualquier publicación que incite al suicidio. Y lo hace desde el pasado febrero, cuando una adolescente británica se suicidó después de publicar en su cuenta imágenes referenciando a cortes de venas y otras imágenes haciendo apología de la lesión propia.
La relación entre las redes sociales y los síntomas de enfermedades mentales como suicidios o depresión ha sido objeto de estudio. Un informe de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, realizado a mediados de noviembre del pasado año, concluyó que reducir a 30 minutos el uso diario conlleva una mejora de la salud mental, aunque se explica que podría ser una «conexión casual».
En este sentido, la inteligencia artificial juega un papel clave por sus posibilidades para anticipar los trastornos. Aplicaciones como la china Wangli Tech -que evalúa la adicción a las drogas con una precisión del 90%- o la aplicación de terapia cognitiva PSybot -que mejora la comunicación de los pacientes con enfermedades mentales en un 70%- se sitúan como pioneras en la lucha de la inteligencia artificial contra las enfermedades mentales.