vitoria– El suicidio se puede prevenir. Y cuando se aplican los métodos adecuados para hacerlo, los resultados llegan a ser esperanzadores. Es una de las principales conclusiones que pueden extraerse de la segunda jornada del IV Congreso nacional de Psicología que se celebra hasta mañana en Gasteiz, en un abarrotado Palacio Europa que acoge a 1.500 profesionales acreditados. Barbara Stanley, profesora de la universidad neoyorquina de Columbia, puso sobre la mesa diferentes metodologías preventivas que han llegado a reducir las tendencias suicidas hasta en un 45% de los casos analizados en un reciente estudio.
La intervención de Stanley fue una de las más esperadas del programa de ayer en el congreso, el más grande de todos los que ha acogido en su historia la capital alavesa, pero no la única centrada en este campo históricamente rodeado de estigmas y que poco a poco trata de desprenderse de los tabúes. El suicidio ha causado alrededor de 2.000 muertes en la CAV desde comienzos de este milenio, mientras que en el Estado se calcula que todos los años se quitan la vida alrededor de 4.000 personas sin que exista ningún tipo de plan de prevención en marcha. Euskadi, por contra, sí que cuenta desde el pasado 3 de junio con una estrategia integral para reducir el impacto del suicidio a través de la prevención. La metodología expuesta por Stanley se ha aplicado ya en Estados Unidos y se ha adaptado también a la vida de distintos campos de refugiados. También Susana Al-Halabi, profesora de la Universidad de Oviedo, repasó algunas de las estrategias en boga para prevenir el suicidio a día de hoy desde la salud pública hasta el contexto clínico.
Stanley aludió a las distintas “habilidades de afrontamiento” que los profesionales de la psicología pueden ofrecer a las personas que sufren tanto un problema crónico como una crisis aguda y, en el caso de estos cuadros puntuales, la importancia de llevar a cabo “intervenciones breves”. La utilización de un cuestionario que sirve para elaborar un plan de seguridad personalizado para cada paciente es una de las herramientas que han servido a esta profesional para identificar las causas de los intentos de suicidio y, después, buscar las estrategias para evitar que éstos se materialicen.