Es la primera vez que un proyecto estatal consigue una de las ayudas que esta entidad, ubicada en EE.UU., convoca cada año para el estudio de la interacción humano-animal
El instituto HABRI-Human Animal Bond Research Institute, una organización de investigación y educación sin ánimo de lucro con sede en los EE.UU., ha concedido al grupo de investigación Qualiker de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), dirigido por la investigadora Nekane Balluerka, una ayuda económica para llevar a cabo el proyecto de investigación: ‘Diseño, implementación y evaluación de un programa para la prevención del suicidio mediante psicoterapia asistida con animales para jóvenes en situación de riesgo’.
HABRI convoca cada año ayudas económicas para la investigación del beneficio en la salud de la interacción humano-animal. Este año, de los 40 proyectos recibidos, HABRI ha financiado 5 proyectos, entre ellos el de la UPV/EHU, que ha recibido una ayuda de 60.060 dólares. Los otros cuatro estudios fueron presentados por la Universidad de Sydney y las universidades estadounidenses de Oregon, Texas y Vanderbilt, en Nashville.
El objetivo principal del proyecto de la UPV/EHU consiste en el diseño, implementación y evaluación de un programa para la prevención del suicidio mediante psicoterapia asistida por animales (PAA). “Diversos estudios-explica Alexander Muela, miembro del grupo de investigación Qualiker de la Facultad de Psicología de la UPV/EHU- han aplicado la psicoterapia asistida por animales con jóvenes que presentan problemas de salud mental. Tras su aplicación, se ha observado que la PAA promueve una mejor adaptación psicosocial y una conducta más resiliente, así como una mayor seguridad con respecto al apego. Además, se ha observado que reduce los síntomas depresivos, la somatización y el sentimiento de incapacidad. Por lo tanto, teniendo en cuenta que la PAA reduce factores de riesgo de suicidio (síntomas depresivos) y aumenta ciertos factores de protección (seguridad con respecto al apego, habilidades adaptativas) puede resultar una intervención potencialmente útil para prevenir el suicidio en los jóvenes que presentan problemas de adaptación psicosocial”.
En el marco de este proyecto se desarrollará la tesis doctoral de Laura Oliva-Trastoy que está inscrita en el Programa de Doctorado en Psicología de la UPV/EHU.
“El suicidio en la juventud-añade Alexander Muela-es un problema de salud pública de carácter global. Es una práctica que ocurre en todas las sociedades del mundo y que afecta a ambos sexos. Según datos de la OMS, el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo de edad de entre 15 y 29 años en todo el mundo y la tercera causa de muerte en España, superada sólo por las causas externas de mortalidad y los tumores. Se espera que, en el año 2020, el suicidio represente aproximadamente el 2,4% de la carga total de problemas de salud. Además, cabe señalar que las estadísticas gubernamentales no registran los intentos de suicidio, por lo que es más que probable que estas cifras se encuentren infradimensionadas. A este respecto, en el grupo de edad de entre 15 y 24 años, se estima que aproximadamente se producen entre 100 y 200 intentos de suicidio por cada suicidio consumado”.
En opinión de este investigador de la UPV/EHU, el suicidio en la población juvenil es un fenómeno complejo y multicausal. “Entre los principales factores de riesgo asociados al suicidio en la juventud, se encuentra el presentar problemas de salud mental. En Europa y América del Norte, se considera que la combinación de consumo de alcohol y drogas y manifestar trastornos ansioso-depresivos constituye el principal factor de riesgo asociado al suicidio, mientras que en los países asiáticos es la conducta impulsiva la que predice mejor la ideación y la conducta suicida. Asimismo, cabe señalar que haber realizado tentativas previas de suicidio, presentar trastornos de la personalidad y sufrir trastorno de estrés postraumático, como consecuencia de haber sido víctima de malos tratos en la infancia, se han asociado a la conducta suicida. Así pues, es necesario activar programas de intervención específicos para prevenir el riesgo de suicidio en jóvenes que se encuentran en situación de riesgo”, concluye Muela