El programa de atención psicológica para casos relacionados con los efectos de la pandemia ha atendido a 551 personas
El nuevo plan de salud mental en el que trabaja el Gobierno asturiano abordará, de forma prioritaria, la detección precoz del suicidio. Mar Fernández, jefa de la Unidad de Coordinación de Salud Mental, ha tirado de estadística para subrayar la necesidad de priorizar su prevención en el nuevo documento que elabora el Principado y cuya idea es tenerlo aprobado en 2022. El objetivo es atajar el instinto autodestructivo de forma precoz
Por su parte, el consejero, Pablo Fernández, es partidario de una estrategia coordinada por el Estado que se adapte a cada comunidad autónoma. Así se ha pronunciado durante su comparecencia en la Junta General, a petición de Podemos, donde ha señalado este plan tendrá en cuenta algunas de las medidas puestas en marcha en otras regiones. «Tenemos que trabajar no solo en detectar, sino en prevenir», ha puesto de manifiesto el titular de Salud, quien ha admitido que el suicidio es «aún, en gran medida, un gran tabú social».
Según los cálculos que ha aportado en su intervención, el número de suicidios en Asturias se redujo de enero a mayo de 2020 respecto al mismo periodo del año anterior. El consejero ha recordado que Asturias puso en marcha en 2018 un protocolo de detección y manejo de casos en personas con riesgo de suicidio, que se está revisando de cara a su actualización. «Identificar los factores es algo crucial», ha señalado antes de recordar que el programa de atención psicológica para casos relacionados con los efectos del COVID-19 atendió a 551 personas, de los que más de la mitad eran pacientes de la red de salud mental y el 23 por ciento recibía tratamiento.