Un estudio de la Universidad de Toronto asocia esta situación a la exposición de los pacientes a la violencia doméstica
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) puede tener consecuencias «negativas» en la salud mental en la edad adulta. Los datos que se obtuvieron de la encuesta de Salud Comunitaria Canadiense-Salud Mental, realizada a 21.744 personas en Canadá, junto a un estudio de la Universidad de Toronto, sobre la evolución del trastornos TDAH, explica que los intentos de suicidio son mucho mayores para las mujeres que tienen el trastorno (24 por ciento), en comparación con las mujeres que no lo tienen (3 por ciento). Los hombres con TDAH también tienen más probabilidades de intentos de suicidio en comparación con los hombres sin el trastorno (9 por ciento frente a 2 por ciento). Los investigadores asocian esta situación a la exposición de los pacientes a la violencia doméstica crónica infantil.
«El TDAH proyecta una sombra muy larga. Incluso cuando tomamos en cuenta el historial de enfermedades mentales y los niveles más altos de pobreza y adversidades tempranas que los adultos con TDAH a menudo experimentan, las personas con TDAH todavía tenían un 56 por ciento más de probabilidades de haber intentado suicidarse que sus pares sin TDAH «, informa la autora principal de la investigación, Esme Fuller-Thomson, profesora de la Facultad de Trabajo Social Factor-Inwentash de la Universidad de Toronto y directora del Instituto para el curso de la vida y el envejecimiento.
Debido a que el TDAH es “más común” entre los hombres que entre las mujeres, «poca investigación o atención clínica se ha centrado en las mujeres con el trastorno», argumentan los autores del estudio. En esa investigación, “las mujeres con TDAH tenían más del doble de probabilidades de intentos de suicidio en comparación con los hombres con TDAH”, explican.
«Nuestro hallazgo de que una de cada cuatro mujeres canadienses con TDAH había intentado suicidarse destaca la urgencia de brindar apoyo adecuado de salud mental a lo largo de la vida a este grupo vulnerable y descuidado», dijo Lauren Carrique, trabajadora social en el Hospital General de Toronto.