Alertan del riesgo de suicidio y muerte por desesperanza

Marta Torrens, psiquiatra del Hospital del Mar de Barcelona, explica las posibles consecuencia del gran estrés sufrido por el personal sanitario y la población general

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Las consecuencias de la pandemia podrían suponer un aumento de muertes por suicidio y desesperanza en el personal sanitario y en el resto de la población. Así lo indica Marta Torrens, directora de adicciones del Hospital del Mar de Barcelona y profesora de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Esta especialista explica que durante toda la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona está prestando apoyo psiquiátrico al personal sanitario del centro. Desde el principio se están realizando muchos programas específicos para los profesionales del hospital. Uno de estos programas es el espacio ‘one to one’. “Un psiquiatra y un psicólogo estábamos ubicados dentro del hospital durante 12 horas al día. Cualquier trabajador del centro podía venir para tomar un café o charlar”, explica.

“Les ofrecíamos apoyo, les facilitábamos vídeos de relajación. En definitiva, se trataba de darles información y un espacio de tranquilidad. Posteriormente, hacíamos un seguimiento de estos compañeros de hospital. Si era necesario, intentábamos detectar la depresión para poner un tratamiento. Además, y sobre todo, ofrecíamos todas las medidas de soporte adecuado, tanto psicológico como psiquiátrico”, añade.

Marta Torrens asegura que medidas similares se han adoptado en muchos más centros hospitalarios. “Realmente ha hecho mucha falta, porque los trabajadores de centros sanitarios han tenido un estrés muy grande”.

Posible cuadro depresivo en sanitarios

En cuanto al futuro más próximo, comenta que estos profesionales podrían necesitar ayuda individual y también soporte grupal. “Los profesionales tendrán que rescatar lo mejor de sí mismos para poder tirar hacia delante. Tanta presión habrá desencadenado en algunos un cuadro depresivo o un consumo mayor del habitual”.

En estos casos, los psiquiatras pueden proporcionar estrategias para ayudar a estos trabajadores “sin ‘psiquiatrizar’ excesivamente”. De la misma manera se debe actuar con la población general: “Tenemos muchos interrogantes. No queremos despreciar ningún diagnóstico, pero tampoco sobrediagnosticar. No vamos a hacer una situación de duelo generalizado para toda la población, no vamos a decir que toda la población está deprimida. Debemos ser exactos para no prescribir sin criterio”.

Muerte por desesperanza y desespero

“Debemos superar este duelo colectivo, y también estamos esperando importantes problemas socioeconómicos”, comenta Marta Torrens. “En la actualidad estamos alerta para detectar el riesgo de muertes por la desesperanza y el desespero. En esta situación, una persona no es que se quiera morir, sino que le da igual vivir o no. En este ámbito incluimos los suicidios y las intoxicaciones no intencionadas de alcohol o de otras drogas. También sumamos las muertes relacionadas con hepatopatías alcohólicas o cirrosis. Debemos estar alerta para que no aumenten los suicidios ni las muertes accidentales ocurridas porque uno no está tan al cuidado de su propio ser”.

Cambios en las consultas de Psiquiatría

En cuanto al día a día, la especialista del IMIM está convencida de que las consultas telemáticas se van a mantener en las consultas de Psiquiatría y de patología dual. “De hecho, anteriormente se estaba planteando esta posibilidad. La utilización de las tecnologías ya se estaba produciendo, y la pandemia la ha acelerado. Muchas visitas se podrán seguir haciendo de forma telemática, si bien es verdad que no todas ni a todos los pacientes”.

En este sentido, el principal temor de Marta Torrens es que las consultas a distancia “abran una mayor brecha social con todas aquellas personas que no tienen disponibilidad de acceder a las tecnologías para poder contactar con su médico. Debemos estar alerta para no dejar sin atender a todos estos pacientes”.

La idea generalizada, como recalca esta especialista, es “mantener muchas consultas telefónicas o por videoconferencia”. “En Psiquiatría muchas veces resulta fundamental hablar con el paciente, y no es necesario hacer pruebas. Un ejemplo es el de la depresión. En otros cuadros concretos, como el delirio, es mejor mantener el contacto directo”.

Atención sanitaria en patología dual

Una cuestión pendiente, en opinión de Marta Torrens, es el abordaje de la patología dual como una cuestión médica: “Los pacientes con problemas de adicciones deben ser atendidos desde una perspectiva sanitaria. Evidentemente, el ámbito social es importante, pero son enfermedades que requieren un abordaje desde el sistema sanitario, y no solo desde el ámbito social”.

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