El silencio no ayuda en la prevención de los suicidios

Dar pocos detalles, huir del tono sensacionalista y desmentir falsos mitos son algunas de las recomendaciones de Sanidad a los medios de comunicación a la hora de informar sobre estos sucesos.

La información sobre el suicidio puede tener un efecto facilitador de la conducta suicida, llamado efecto Werther, cuando se describe de manera detallada y sensacionalista el método de suicidio y la forma de acceder al mismo. Por el contrario, si se usa un lenguaje responsable, preciso y matizado, equilibrado y respetuoso, frente a un enfoque sensacionalista que acentúe el dramatismo, la información puede producir un efecto preventivo y disuasorio (efecto Papageno). Por otro lado, también se ha demostrado que el silencio no ayuda, ya que mantiene el estigma y el tabú sobre una conducta que se deriva de una circunstancia compleja y multicausal.

 

En España el suicidio es la primera causa de muerte por circunstancias externas, con una tasa de suicidios de 7,6 por cada 100.000 habitantes al año en 2018, según el Instituto Nacional de Estadística. Aunque nos encontramos entre los países con tasas más bajas en Europa, donde el suicidio es uno de los mayores problemas salud pública, estimándose una tasa de 13,9 por cada 100.000 habitantes al año, cada día en España más de 10 personas fallecen por suicidio (más del doble de víctimas que por accidentes de tráfico) y muchas más sufren las consecuencias.

Recomendaciones

En este sentido, el Ministerio de Sanidad ha publicado un documento de recomendaciones dirigidas a los medios de comunicación para facilitar el abordaje de las informaciones relativas a la conducta suicida, aconsejando dar pocos detalles sobre los suicidios y desmentir mitos y falsas creencias. Para la elaboración del mismo, se ha formado un grupo de trabajo multidisciplinar con representantes de asociaciones y colegios de profesionales de medios de comunicación, profesionales sanitarios del ámbito de la salud mental y de la salud pública, policía, bomberos y asociaciones de familiares de víctimas, entre otros. El momento parece idóneo, ya que la crisis actual, provocada por la pandemia, se perfila como un contexto emocional peligroso, que ha agravado patologías mentales como la depresión, el estrés y la ansiedad, aunque estas no sean las únicas circunstancias que influyan sobre la conducta suicida.

En concreto, estas son las indicaciones más importantes que ofrece el documento, y que están basadas en indicaciones internacionalmente aceptadas en pro de la prevención:

  • Evitar el sensacionalismo: para ello, el Ministerio recomienda, entre otras cosas, no incluir los suicidios en la sección de sucesos, ni informar de ellos de manera repetitiva.
  • No dar detalles como datos personales, el método empleado o las notas de suicidio, ni utilizar imágenes de la familia o del fallecimiento rescatadas de las redes sociales.
  • Informar sí, pero con responsabilidad y respeto a las familias: se trata de visibilizar y sensibilizar sobre este problema para su prevención y erradicación del estigma y el tabú. Aportar datos y testimonios oficiales: acudir siempre a fuentes oficiales y evitar hacerse eco de los testimonios de vecinos, amistades o conocidos que pueden desvirtuar el contexto.
  • Evitar hacerse eco de los testimonios de vecinos, amistades o conocidos que pueden desvirtuar el contexto. Si es necesario aportar testimonios, que sean de fuentes oficiales.
  • Evitar utilizar la palabra suicidio en un lenguaje metafórico, como: “suicidio futbolístico”,”suicidio político”, ya que supone normalizarlo como respuesta ante circunstancias adversas.
  • Desmentir falsas creencias: el suicidio es una respuesta muy compleja y multicausal, por lo que hay que huir del estereotipo de que todas las personas que mueren por suicidio sufren un trastorno mental, o que este sea una forma de llamar la atención o un acto impulsivo imposible de prevenir.
  • Atención a las redes sociales. Según un estudio del Consejo Audiovisual de Cataluña, hay 1,8 millones de resultados en la red que son peligrosos para personas en riesgo suicida. Los medios deben evitar mencionar webs o redes que publiciten un discurso favorable al suicidio.
  • Promover la empatía informando con un enfoque positivo, en el que se eviten los discursos moralistas y juicios de valor. Dar espacio a testimonios esperanzadores de superación, e incidir en que las personas con tendencias suicidas deben buscar ayuda profesional y familiar.
  • Ofrecer información de ayuda. Incluir información adicional de fuentes solventes y contrastadas que pueda ayudar a prevenir la conducta suicida. Y recordar también que, ante situaciones de alarma o riesgo inminente, se debe avisar inmediatamente al 112.

LA RAZÓN

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