El suicidio es ampliamente reconocido como un importante problema de salud pública que afecta a las personas, las familias y la sociedad en general. Cada año, el suicidio se cobra alrededor de 800.000 vidas en todo el mundo, por lo que su prevención es un imperativo global.
Si bien el tratamiento psicológico es efectivo para reducir las tendencias suicidas, la gran mayoría de las personas con ideación, planes o intentos de suicidio no buscan ayuda de los servicios de salud, una tendencia que se acentúa entre los jóvenes de 12 a 18 años.
Supera las barreras
Entre las personas con menos probabilidades de buscar ayuda, el estigma percibido, la dificultad para expresar inquietudes y la preferencia por la autosuficiencia, se han identificado como las principales barreras para acceder a la atención profesional.
Las intervenciones digitales autoguiadas diseñadas para ser utilizadas sin orientación profesional, y entregadas a través de programas basados en la web o aplicaciones móviles, han demostrado ser exitosas en la prevención y reducción de la depresión y la ansiedad, factores de riesgo reconocidos para el suicidio.
Sobre la base de esta experiencia, en los últimos años se han desarrollado intervenciones digitales orientadas a prevenir el suicidio.
Su capacidad de proporcionar soporte terapéutico de alta fidelidad, a discreción y ritmo de los usuarios, de forma anónima y rentable, significa que las intervenciones digitales pueden superar las barreras asociadas con el acceso a la atención tradicional, al tiempo que ofrecen una solución sostenible y escalable.
Una revisión recientemente publicada por investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, ha encontrado que las herramientas digitales que contienen contenido relacionado con la ideación y / o comportamiento suicida, muestran efectos más fuertes para reducir los pensamientos suicidas que aquellas dirigidas a tratar la depresión.
Los resultados de la investigación sugieren que las intervenciones digitales dirigidas al suicidio podrían formar parte de los esfuerzos globales para prevenir el suicidio.
Mayor impacto
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigación seleccionó más de 6.700 estudios y analizó datos de 16 ensayos controlados aleatorios de intervenciones digitales autoguiadas que se enfocaron en la ideación, los planes y / o los intentos de suicidio, que en conjunto, incluyeron 4.398 participantes.
Este análisis reveló que los programas digitales dirigidos directamente a las tendencias suicidas tuvieron el mayor impacto en la reducción de la ideación suicida entre los participantes, y también fueron efectivos para reducir los síntomas de depresión.
Este efecto fue comparable a los resultados observados en las terapias cara a cara, mientras que los programas digitales centrados en abordar la depresión fueron menos efectivos para reducir la ideación suicida.
Esta es una observación relevante ya que, si bien la depresión puede ser un factor de riesgo para el suicidio, no se ha establecido como causal, y hay muchas personas que experimentan tendencias suicidas sin tener depresión.
Los investigadores expresan que, aunque las intervenciones digitales para el suicidio todavía están en su infancia, los resultados de esta revisión respaldan la posición de que este tipo de intervención digital tiene el potencial de mejorar los resultados suicidas en las poblaciones en riesgo.
Referencia: Suicide prevention using self-guided digital interventions: a systematic review and meta-analysis of randomised controlled trials. The Lancet Digital Health, 2019. http://dx.doi.org/10.1016/S2589-7500(19)30199-2