El cortometraje “Estoy bien”, auspiciado por el gobierno de Perú explotó en las redes sociales con un éxito inusitado. Además de los millones de descargas y visualizaciones, las plataformas de Facebook, Twitter y YouTube registran una ola de solicitudes de ayuda, compañía y comprensión de personas que se declararon suicidas potenciales.
El video muestra Félix, un joven de 26 años, quien parece llevar una vida común y corriente. Tiene un techo donde dormir, un empleo y compañeros alrededor. Incluso, festeja un cumpleaños. Se le nota angustiado, frustrado, solo. La gente alrededor está físicamente cerca, pero no va más allá de una interacción distante, superficial. El reloj suena cada mañana a la misma hora para iniciar la rutina del día, siempre la misma: los lugares son iguales, la indiferencia de los personajes también.
Hay un momento que parece fatal Parecería que Félix tomó una decisión y está a punto de grabar un un mensaje frente a su cámara de video como si fuera una despedida, quizás una explicación. En el último momento, Andrés insiste en buscarlo; después de llamadas perdidas y mensajes sin atender, Andrés toca a su puerta.
-Estoy bien, asegura Félix enfático
-No, no estás bien, responde Andrés
Andrés le impide cerrar la puerta y lo atrapa en un abrazo. Félix se resiste momentáneamente, es su instinto el que parece hacerlo reaccionar. Acepta el abrazo y se rinde en una confidencia ante la mirada atenta y comprensiva de un amigo que llegó -y actuó- en el momento oportuno.