En 2018, Colombia alcanzó una cifra de 2.696 suicidios. De ellos, el 43,36% corresponde a menores entre los 5 y los 19 años.
El más reciente informe del Instituto Nacional de Medicina Legal, ‘Forensis 2018: cifras para la vida’, encendió las alarmas de las autoridades y de las organizaciones protectoras de los niños, niñas y adolescentes.
Esto, debido al preocupante aumento de suicidios en los menores, especialmente en el rango de los 14 y 17 años, aunque los casos se registran desde los cinco.
Si bien los factores de este fenómeno varían según la región, etnia, condición social y la edad del menor, es evidente la falta de medidas de prevención y protección para los niños por parte del Estado, las instituciones educativas y el círculo familiar.
Pero también se deben tener en cuenta los factores sociales y médicos que inciden en este hecho y que evidencian fallas graves del sistema.
Medicina Legal: con las alarmas encendidas
De los 2.696 suicidios que se registraron en Colombia durante 2018, 43,36% corresponde a menores.
Sobre estas cifras, Claudia Adriana García, directora nacional de Medicina Legal, aseguró a Vanguardia que “es un hecho que vemos con preocupación porque tenemos un aumento progresivo de la tasa de suicidio que pasó de 4,5 por cada 100 mil habitantes para 2009 a 5,93 en 2018”.
Ello deja en evidencia que las políticas públicas que se implementan en el país no tienen el impacto esperado.
“Estas cifras vienen en aumento desde hace varios años y queda claro que no hemos podido impactarlas, a pesar de las políticas públicas. Pero también es preocupante que entre las razones de suicidio en jóvenes encontramos las rupturas amorosas. Niños entre los 14 y 17 años que no tienen la capacidad emocional ni las herramientas para asumir estas relaciones”, indicó García.
El bullying, conflicto con pareja o ex-pareja, desamor, problemas económicos, enfermedades físicas o mentales, problemas escolares, jurídicos y laborales, maltrato físico, sexual y psicológico, la muerte de un familiar y el suicidio de un familiar o amigo son las principales causas por las que se suicidan los jóvenes, según el informe de Medicina Legal.
Ante este hecho, su Directora insiste en la necesidad de “tomar acciones conjuntas para que el problema disminuya. La familia, los colegios y nosotros debemos aportar para afrontarlo”.
Las barreras que invisibilizan el problema
Aunque mucho tienen que ver los padres y maestros en este tema, el sistema de salud también es uno de los grandes responsables cuya labor es evitar que las cifras aumenten. Sin embargo, su actuar es insuficiente.
Para Luz Alcira Granada, directora de incidencia política y comunicaciones de Save The Children, “uno de los grandes problemas es que para el sistema la salud mental no es una prioridad. Los jóvenes y sus familias sienten temor de reconocer los episodios de depresión. Una de las situaciones más complicadas es encontrar apoyo en el sistema de salud, especialmente para quien son de escasos recursos”.
Para la experta en este tema, otro de los factores de incidencia está relacionado al entorno físico en el cual se desarrolla el menor, así como núcleo familiar.
“Otra de las razones tiene que ver con la falta de oportunidades para ese joven. Muchas veces los adultos tenemos esquemas mentales de lo que es o no el éxito y ejercemos presión sobre los jóvenes. Entonces ellos se frustran y sienten que se quedan sin opciones en la vida, que no crecen, que no tienen futuro y finalmente llegan al suicidio”, agregó Granada.
De esta manera, la mujer hace énfasis en la necesidad de que los padres y adultos, que son los encargados de proteger a los niños, estén atentos a cualquier cambio, a la vez que asegura que el sistema de salud debe tomar acciones concretas frente a dicho fenómeno.
Familia y sociedad: ¿aliados o victimarios?
Para la psicóloga infantil Luz Edith Orduz Cuadros, adscrita al Icbf, se deben tener en cuenta los entornos familiares y sociales.
“Entre las razones por las cuales aparece la idea del suicidio en un menor, debemos tener en cuenta si es víctima de matoneo en su círculo social, si siente que no encaje, si terminó una relación sentimental o si está en un núcleo familiar violento, que sus padres se están separando o que están ausentes y él se siente solo. Acá es importante la personalidad del niño porque aún están en una etapa en la que son muy vulnerables”, explicó la experta.
Es por ello que pidió estar atentos a los cambios en el comportamiento de los menores, pues pueden ser introvertidos, dejar mensajes de despedida o incluso tender a un comportamiento más agresivo, según el caso.
Lo importante es atender las señales y estar prestos a escucharlos para evitar el aumento de estas cifras.
¿Por qué el suicidio?
El médico psiquiatra Camilo Umaña Valdivieso aseguró que estos aumentos se dan porque actualmente los jóvenes “enfrentan un mundo más estresante, más competitivo, más fácilmente frustrante y exposición a eventos que impactan desde más temprana edad el autoestima.
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Además de uso precoz de alcohol y sustancias psicoactivas, familias más desestructuradas y ambientes sociales desorganizados con violencia y segregación que se asocia a mayor frecuencia de aparición de patologías mentales de las que generan actuaciones de suicidio”.
El psiquiatra indicó además que los jóvenes no cuentan con la capacidad de resolver los problemas de la misma manera en la que lo hacen los adultos, debido a que su personalidad continúa en formación.