Luz en la oscuridad

La Asociación para la Prevención del Suicidio en Canarias trabaja por visibilizar un fenómeno que causó algo más de 200 muertes en la comunidad

Fueron 216 las personas que se quitaron la vida de manera voluntaria en Canarias durante 2017. Bastantes más que las 47 mujeres asesinadas por la violencia de género o los 1.200 fallecidos en accidentes de tráfico en 2018. Luz en la Oscuridad es una asociación para la prevención del suicidio en Canarias, formada por familiares o amigos de las víctimas. Nacida en enero de este año su intención es visibilizar el fenómeno y concienciar sobre él para reducir un balance trágico.

Carmen González, presidenta, y Natalia Castro, secretaria, dialogaron con El Día. Como la mayoría de los miembros de la ONG, ambas han vivido en primera persona el suicidio. A pesar de que la cifra oficial es elevada, insisten en que «se queda corta y no cuantifica los muchos intentos. Y en ocasiones se disfrazan».

Ya han firmado convenios con los colegios de psicólogos, uno de los colectivos mas relacionados con el fenómeno. Como los psiquiatras, los policías, los jueces o los medios de comunicación.

Al respecto aclaran: «Antiguamente se creía que una especie de apagón informativo era beneficioso ante un posible efecto dominó, imitador, pero, a partir de 2010 está claro que no ha servido de nada».

Los psicólogos explican que «existe un recelo a la hora de nombrar las muertes por suicidio, por una norma no escrita en el periodismo, basada en el efecto contagio. Denominado Efecto Werther, toma el nombre de la novela Las Penas del Joven Werther escrita por Goethe en el siglo XVIII, que contaba cómo el protagonista sufría hasta quitarse la vida». «Estamos ante la principal causa de muerte externa o muerte no natural -valoran-. Si a eso se le añade una incidencia alta en niños y jóvenes, no se entiende que se les dé la espalda, que se oculte una problemática así».

Carmen y Natalia consideran «efectivas y un éxito las campañas contra la violencia de género o los accidentes de tráfico». No comprenden «por qué no se hace lo mismo con los suicidios». Para ellas «hay que superar los prejuicios y el tabú de que es algo de lo que no se habla y queda de puertas adentro. Además de estigmatizar a quien lo sufre y a su entorno».

Desde Luz en la Oscuridad se ofrece ayuda, aunque aclaran que «no somos el Teléfono de la Esperanza». En este sentido, «hemos solicitado al Gobierno de Canarias que elabore un plan de prevención porque se puede prevenir. Explicar a quien tenga esa tendencia que puede recibir ayuda efectiva porque no están solos. Cuando se comparte el dolor disminuye el riesgo. O aprender a detectarlo en adolescentes y jóvenes. Y a tomarlos muy en serio».

La asociación ofrece contactar con el teléfono 647 865 681, así como en el email a.luzenlaoscuridad@gmail.com, el Facebook Asociación Luz en la Oscuridad y la página web www.asociacionanrisuicidioscios.es.

«Hablar del suicidio nunca lo provoca»

«El suicidio se puede prever y se puede hablar de él cono forma de prevención». Es el resumen de la posición del Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife sobre este fenómeno. El COP «apoya los programas preventivos de las organizaciones públicas o privadas, como el de Prevención del Suicidio aprobado hace muy poco por el Gobierno de Canarias». Todo dentro de «una estrategia global cuyo objetivo principal es la prevención, que se consigue a través de la difusión de la información, llegar a todos los sectores y hacer que la gente hable del suicidio como del cáncer, del sida o de los accidentes de tráfico y las víctimas de violencia de género». Por lo tanto, «desmitificar y desestigmatizar el suicidio». Es ahí donde se ve «lo importante que son los medios de comunicación, pues pueden ayudar a amplificar esta problemática, ya que ejercen influencia en generar cambios de pensamiento y actitudes en la sociedad y con un importante rol en la política o la economía. Hablar del suicidio no lo provoca y si no hacemos nada, se mantendrá estable la tasa en nuestro país».

Y se preguntan desde el COP: «¿Vale la pena cambiar la visión para intentar reducir los cerca de 4.000 muertos anuales? El suicidio es la principal causa de muerte violenta en el mundo, muy por encima de accidentes de tráfico e incluso las guerras, y nuestro entorno no es una excepción. A pesar de ello, y copiando el título de un documental de TVE , el suicidio es la muerte silenciada».

«Diversos factores -apuntan- hacen que la sociedad esconda estos casos. Van desde las creencias religiosas, la literatura popular? Una serie de mitos que nos llevan a una visión equivocada».

Y concluye el análisis: «Creemos que hablar del suicidio no aumenta la tasa total, aunque, de manera paralela puede precipitar la consumación en personas vulnerables. Un ejemplo concreto del mal uso de las noticias del suicidio, en este caso simplista, son las que relacionaban el aumento de suicidas (falso) con las ejecuciones hipotecarias».

eldia.es

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