Tras conocerse el suicidio de dos sobrevivientes del tiroteo de Parkland (Florida), que coincidieron prácticamente con el primer aniversario de la «Marcha por Nuestras Vidas», familiares de las víctimas se reunieron a debatir cómo mejorar el acompañamiento psicológico después de una tragedia como esta.
La comunidad de Parkland lidiaba este lunes con los suicidios, con pocos días de diferencia, de dos estudiantes que sobrevivieron al tiroteo el año pasado en una escuela de esta ciudad del sur de Florida en el que fallecieron 17 personas.
Entretanto, un tercer suicidio encendió las alarmas este lunes cuando se informó que el padre de una niña fallecida en el ataque en Sandy Hook, otra escuela, también se quitó la vida.
Jeremy Richman, de 49 años, perdió a su hija de seis años en la masacre en Connecticut donde murieron 20 niños pequeños y seis adultos en 2012.
Ryan Petty, el padre de una joven víctima de Parkland, dijo a la AFP que Richman había visitado a los dolientes de esta ciudad del sur de Florida hace apenas una semana.
«Estuvo aquí en Parkland la semana pasada, vino a reunirse con algunas de las familias aquí, a ayudar», dijo Petty, cuya hija Alaina, de 14 años, murió en el ataque del 14 de febrero del año pasado. «Es devastador saber que Richman estaba sufriendo», añadió.
En Florida, el jefe de la división de manejo de emergencias urgió a los legisladores estatales a destinar más recursos para ayudar a los sobrevivientes de la masacre de Parkland, al norte de Miami.
Sydney Aiello, de 19 años, se quitó la vida la semana pasada tras padecer un año de «culpa de sobreviviente» -según dijo su madre a la prensa-, un fenómeno en el que la víctima se cuestiona por qué se salvó de la muerte.