“¿Cuántos muertos hacen falta para un Plan sobre el suicidio?”

Cuatro expertos navarros participaron este viernes en el Congreso en una jornada para pedir un plan de prevención nacional

De izda a dcha., Alfonso Echávarri, del Teléfono de la Esperanza; el diputado Íñigo Alli, promotor de la jornada; Elena Aisa, de lasociación de afectados Besarkada-Abrazo, y Gabriel González, periodista de 'Diario de Navarra' y autor de un libro sobre el tratamiento del suicidio en los medios.

De izda a dcha., Alfonso Echávarri, del Teléfono de la Esperanza; el diputado Íñigo Alli, promotor de la jornada; Elena Aisa, de lasociación de afectados Besarkada-Abrazo, y Gabriel González, periodista de ‘Diario de Navarra’ y autor de un libro sobre el tratamiento del suicidio en los medios. DN

Desde que hace 5 años murió su hijo, Elena Aisa, presidente de la asociación Besarkada-Abrazo calcula que las cifras oficiales de fallecimientos por suicidio en España casi alcanzan las 20.000. “¿No son suficientes para crear un plan nacional? ¿Cuántos muertos hacen falta? Ya está bien”.

Con esa contundencia denunció este viernes la ausencia de un Plan Nacional de Prevención esta vecina de Burlada, que fue una de las participantes en una jornada celebrada en el Congreso de los Diputados para “dar voz al dolor”, en palabras de su organizador, el diputado de UPN Íñigo Alli. Además de Aisa, desde la Comunidad foral se desplazaron también Alfonso Echávarri, psicólogo y coordinador del Teléfono de la Esperanza, Eduardo Sáinz de Murieta, comisario de la Policía Foral, y el periodista de Diario de Navarra Gabriel González, autor de un libro sobre el tratamiento del suicidio en los medios. La jornada, con 280 asistentes, completó el aforo.

CERTIFICADO DE DEFUNCIÓN

Pocos días después del sábado 13 de mayo de 2014, Elena Aisa recibió el certificado de defunción de su hijo, de 20 años, un papel donde está representada la vida que se quitó y en el que no se refleja la causa de esta muerte, que fue inesperada y demoledora para una familia para la que no existía la realidad del suicidio. “Una familia normal”, que el propio hijo, de 20 años, definía como un “santuario”, tal y como ha contado su madre ante el auditorio.

“Fue una bomba nuclear. Directamente me rompió y te das cuenta después hasta qué punto te ha roto”, contaba esta madre, que reconoce que su hijo no estaba bien en ese momento, aunque no tenía ningún tipo de trastorno mental.

Estaba en crisis personal, pero nada hacía pensar en su final, porque se relacionaba muy bien, era estudiante, tenía muchas actividades y muchos amigos. “Su mantenimiento cotidiano de la vida no estaba mermado”, cuenta. ¿Por qué entonces?. Esa es la pregunta que se hacen una y mil veces los familiares, aunque Elena tiene claro que “no hay una sola causa, por mucho que la busques, lo que puedes encontrar es la gotita que hace que el vaso, que está ya lleno, se sobrepase, pero es muy pequeña”.

Con el paso del tiempo ha sabido que su hijo “llevaba cuatro años sufriendo mucho en silencio”, sin embargo no lo aparentaba en su casa, ni con los amigos. El entorno sufre la pérdida y lo hace en unas cifras terribles: por cada persona que se suicida, seis familiares, conocidos y profesionales sanitarios lo sufren.

El encuentro no contó con la presencia de algún representante del Gobierno, a pesar de que habían sido invitados la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, y altos cargos del ministerio, ni tampoco con alguno de los portavoces de la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Congreso. Sí acudió el portavoz del PP en la Comisión para las Políticas Integrales de la Discapacidad, Ignacio Tremiño, quien admitió que “los responsables políticos tenemos que tomar cartas en el asunto”.

Diario Navarra

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