La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recordado que a través de «intervenciones oportunas» y de bajo coste se pueden reducir las tasas de suicidio en el mundo, que ascienden ya uno cada 40 segundos, lo que supone que 800.000 personas se quiten la vida el año.
En marco del Día Internacional de Prevención del Suicidio, la organización ha explicado que cada suicidio es una «tragedia que afecta a familias, comunidades y países enteros y tiene efectos duraderos» entre los afectados. Pero, el suicidio no solo ocurre en países de altos ingresos, sino que es un fenómeno global en todas las regiones del mundo. De hecho, más del 79 por ciento de los suicidios globales ocurrieron en países de ingresos bajos y medianos en 2016.
El vínculo entre el suicidio y los trastornos mentales -en particular, la depresión y los trastornos por consumo de alcohol- está muy establecido en los países de altos ingresos, muchos suicidios suceden de forma impulsiva en momentos de crisis con una interrupción en la capacidad de lidiar con estreses de la vida, como problemas, ruptura de relaciones o dolor y enfermedad crónica, han asegurado desde la OMS. Las tasas de suicidio también son altas entre los grupos vulnerables que sufren discriminación, como los refugiados y los migrantes; gente indígena; personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales (LGBTI), y prisioneros.
Problema de salud pública
De esta forma, ha calificado este acto como un «serio problema de salud pública«, pero en concreto, existen actuaciones o comportamientos que se pueden observar, y por tanto prevenir, en personas con pensamientos suicidas como la amenaza de quitarse la vida, o frases como «nadie me extrañará cuando me haya ido».
A ello se le añade la búsqueda en internet de ‘cómo quitarse la vida’ o cómo tener acceso a pesticidas o armas de fuego, así como la despedida de familiares cercanos y amigos, regalando posesiones valiosas o escribiendo un testamento. Por ello, ante estos comportamientos no se debe dejar sola a la persona, y acto seguido buscar ayuda profesional de los servicios de emergencia, una línea de crisis o un profesional de la salud, o recurra a los miembros de la familia, han recomendado desde la OMS.
Asimismo, se debe intentar encontrar «un momento adecuado y un lugar tranquilo» para hablar sobre el suicidio con la persona que le preocupa; haciéndole saber que tiene a alguien que le puede escuchar. Al igual que tratar de animar a encontrar ayuda de un profesional, como un médico, un profesional de salud mental, un consejero o un trabajador social, y acompañe a la cita.
Identificación y seguimiento
Otro método de prevención es la identificación temprana, tratamiento y cuidado de personas con trastornos mentales y por uso de sustancias, dolor crónico y angustia emocional aguda, y la capacitación de trabajadores de salud no especializados en la evaluación y el manejo del comportamiento suicida. Además, hay que añadir cuidados de seguimiento para personas que intentaron suicidarse y proporcionar apoyo comunitario.
Por último, hay que asegurarse de que no tenga acceso a medios de autolesión en el hogar, puesto que se estima que alrededor del 20 por ciento de los suicidios a nivel mundial se deben a la intoxicación por plaguicidas, la mayoría de los cuales ocurren en áreas agrícolas rurales en países de ingresos bajos y medianos.
La OMS ha concluido argumentado que el suicidio es un tema complejo, y por lo tanto, los esfuerzos de prevención del suicidio requieren coordinación y colaboración entre múltiples sectores de la sociedad, incluyendo el sector de la salud y otros sectores como educación, trabajo, agricultura, negocios, justicia, derecho, defensa, política y medios. Estos esfuerzos deben ser «exhaustivos e integrados, ya que ningún enfoque en particular por sí solo puede tener un impacto en un problema tan complejo como el suicidio»