6 ilustraciones para combatir los mitos acerca del suicidio

La prevención del suicidio representa uno de los principales desafíos para los sistemas de salud. Más de 800,000 personas se quitan la vida al año — Lo que equivale a un suicidio cada 40 segundos, y en el año 2006 se convirtió en la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.

El suicidio es un fenómeno global que ocurre tanto en los países ricos como en los de menores ingresos y tiene efectos devastadores no solo para la persona que lo sufre sino también para sus familias, allegados y comunidades.

El estigma y tabú hacen que el suicidio sea un tema difícil de abordar. El estigma disuade a las personas que piensan en quitarse la vida a no buscar ayuda por el miedo a los juicios, mitos, criticas y represalias que pueden sufrir. Por otro lado, el tabú imposibilita el debate abierto y honesto necesario para incrementar la sensibilidad de la sociedad para ofrecer ayuda necesaria.

Mitos del suicidio

La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud han publicado para el 10 de septiembre, Día Internacional para la Prevención del Suicidio, seis infografías para combatir los mitos más comunes sobre el suicidio:

Quienes hablan de suicidio no tienen la intención de cometerlo.

FALSO. Quienes hablan de suicidio pueden estar pidiendo así ayuda o apoyo. Un número significativo de personas que contemplan el suicidio presentan ansiedad, depresión y desesperanza y pueden considerar que carecen de otra opción.

La mayoría de los suicidios suceden repentinamente, sin advertencia previa.

FALSO. La mayoría de los suicidios han ido precedidos de signos de advertencia verbal o conductual. Desde luego, algunos suicidios se cometen si advertencia previa. Pero es importante conocer los signos de advertencia y tenerlos presente.

El suicida está decidido a morir

FALSO. Por el contrario, los suicidas suelen ser ambivalentes acerca de la vida o la muerte. Alguien puede actuar impulsivamente al beber plaguicidas, por ejemplo, y morir unos pocos días después, aunque hubiera preferido seguir viviendo. El acceso al apoyo emocional en el momento propicio puede prevenir el suicidio.

Quien haya sido suicida alguna vez, nunca dejará de serlo.

FALSO. El mayor riesgo de suicidio suele ser de corto plazo y específico según la situación. Aunque los pensamientos suicidas pueden regresar, no son permanentes, y quien haya tenido pensamientos e intentos suicidas puede llevar después una larga vida.

Solo las personas con trastornos mentales son suicidas.

FALSO. El comportamiento suicida indica una infelicidad profunda, pero no necesariamente un trastorno mental. Muchas personas que viven con trastornos mentales no son afectadas por el comportamiento suicida, y no todas las personas que se quitan la vida tienen un trastorno mental.

**. Hablar del suicidio es una mala idea y puede interpretarse como estímulo.**


FALSO. Dado el estigma generalizado alrededor del suicidio, la mayoría de las personas que contemplan el suicidio no saben con quién hablar. En lugar de fomentar el comportamiento suicida, hablar abiertamente puede dar a una persona otras opciones o tiempo para reflexionar sobre su decisión, previniendo así el suicidio.

Prevención

El suicidio puede se prevenible por medio de intervenciones oportunas, basadas en la evidencia científica y a menudo de bajo coste, que incrementan la respuesta de los gobiernos y de la sociedad en general para hacer estrategias de prevención integrales que tomen en cuenta los factores de riesgo y signos de alarma.

Factores de riesgo

Son diversos los factores que pueden incrementar el riesgo de la ideación y conducta suicida, entre los que se incluye:

  • Diagnóstico de trastornos mentales como la depresión, ansiedad y trastornos del estado de ánimo.
  • Uso de alcohol y sustancias
  • Conductas impulsvias
  • Historia de trauma o abuso
  • Historia familiar de suicidio
  • Intentos previos de suicidio

Signos de alerta

No todas las personas presente los mismos signos de ideación suicida, pero estos signos pueden servir para tomar atención:

  • Cambios físicos en la apariencia o de higiene
  • Incremento en el consumo de alcohol o drogas
  • Cambios bruscos en el rendimiento académico
  • Aislamiento social
  • Hablar sobre el suicidio, formas de hacerlo o planes concretos
  • Conductas de riesgo (manejo irresponsable, relaciones sexuales inseguras)
  • Conductas de autodaño (cutting, por ejemplo)
  • Sentimientos de desesperanza o no tener razones para vivir
  • Historial de búsqueda en internet o en otros medios sobre métodos de suicidio.

Puedes leer más aquí en nuestro artículo: 5 señales que debemos conocer para prevenir el suicidio

¿Qué pueden hacer los padres, amigos o conocidos?

  1. Expresa tu preocupación: Expresar abierta y honestamente la preocupación acerca de una persona envía un mensaje importante de que le importas y que lo quieres ayudar.
  2. Escucha atentamente: Escucha sin juzgar. A veces los padres tienen dificultades a la hora de escuchar cuando sus hijos expresan sentimientos difíciles de manejar e intentan evitarlos, pero es importante que los padres y familiares puedan escuchar y sean abiertos a recibir la mayor cantidad de información posible sobre las emociones y dificultades que enfrentan sus hijos o familiares.
  3. Se compasivo:Expresa tu amor y preocupación por tu amigo, hijo o familiar. Expresa que estás escuchando su dolor y que estás ahi para ayudarlo, y ofrecerle ayuda profesional para afrontar esta situación
  4. Confía en tu juicio: Si una persona, hijo o familiar niega que está teniendo pensamientos suicidas, pero aun dudas de que así sea, entonces toma medidas extras que permitan asegurar su seguridad.
  5. Prioriza la seguridad: Elimina de la casa cualquier arma y asegurase de que tu hijo o familiar no esté solo. Busca ayuda profesional inmediatamente que detectes el riesgo suicida.

¿Qué puede hacer la sociedad para prevenir el suicidio?

La población general puede hacer muchas cosas para prevenir los intentos suicidas. Estas medidas incluyen:

  • restricción del acceso a los medios de suicidio (por ejemplo, plaguicidas, armas de fuego y ciertos medicamentos);
  • información responsable por parte de los medios de comunicación;
  • introducción de políticas orientadas a reducir el consumo nocivo de alcohol;
  • identificación temprana, tratamiento y atención de personas con problemas de salud mental y abuso de sustancias, dolores crónicos y trastorno emocional agudo;
  • capacitación de personal sanitario no especializado, en la evaluación y gestión de conductas suicidas;
  • seguimiento de la atención dispensada a personas que intentaron suicidarse y prestación de apoyo comunitario.

Psyciencia

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