Los hechos sucedieron sobre las cuatro de la tarde del viernes pasado, día 21 de septiembre, cuando en el Centro de Coordinación de Emergencias EPES-061, se recibió una llamada de una persona que se interesaba por los efectos que produce la ingesta elevada de pastillas de un conocido ansiolítico. Esta persona no quiso facilitar sus datos al Centro de Emergencias 061, aunque si indicó haber consumido un elevado número de pastillas del medicamento.
Desde el Centro de Coordinación se comunicaron los escasos datos –tan sólo se contaba con el número de teléfono- a la Sala de Operaciones de la Comisaría de Policía –Emergencias 091-. Desde estas dependencias policiales, el Operador de Sala consiguió ubicar el punto desde dónde se había realizado la llamada telefónica e identificar a quien había realizado la misma, enviando al domicilio la dotación de un vehículo del Grupo de Atención al Ciudadano –radio-patrullas-.
Los datos obtenidos se comunicaron al Centro de Coordinación de Emergencias. Al constarle a la persona que había efectuado la llamada otros intentos de autolesiones, desde el Centro de Coordinación enviaron al domicilio de la misma un Equipo médico.
Mientras, la dotación del radio-patrulla había llegado al domicilio en cuestión, comprobando que la persona rechazaba la ayuda que le ofrecían a la par que les manifestaba haber vomitado las más de 30 pastillas del ansiolítico que había ingerido. En ese momento llegó el Equipo médico enviado por EPES-061, que, tras examinar a la persona, consideró conveniente el traslado a un Hospital de la capital para su ingreso y observación.
En el prospecto del medicamento ingerido destaca que a altas dosis puede producir el coma o la muerte de una persona.