El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) ha reunido recientemente en Toledo a medio centenar de profesionales de diferentes sectores, especialmente de sanidad, educación y servicios sociales, en el curso «Formación de formadores. Detección e intervención ante el riesgo de suicidio».
En un comunicado, la Consejería de Sanidad ha informado hoy de que esta iniciativa, que responde a las líneas estratégicas del Plan de Salud Mental de Castilla-La Mancha 2018-2025, ha ofrecido herramientas para la formación en el abordaje de conductas suicidas a todas aquellas personas que puedan tener un papel relevante en su identificación y manejo.
El curso ha hecho especial hincapié en profesionales sanitarios, de la educación y los servicios sociales, personal de Urgencias y Emergencias y Fuerzas de Seguridad del Estado, así como otras personas en contacto con grupos de riesgo.
«La conducta suicida es un fenómeno multicasual y complejo, influida por factores emocionales, individuales y sociales», ha explicado la psicóloga clínica del Equipo de Coordinación Regional de Salud Mental y coordinadora del curso, Beatriz Vallejo.
En él han participado como ponentes la propia coordinadora; la jefa de sección en la Dirección General de Recursos Humanos del Sescam, Francisca Fernández; y el psicólogo y presidente de la Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicidio, Javier Jiménez.
Según Vallejo, «la mejora de la atención a las personas con riesgo de suicidio implica también actuar sobre todos aquellos factores de protección que puedan influir en su conducta, con acciones de difusión de protocolos y estrategias de detección y actuación, así como divulgación y sensibilización en el entorno familiar, social y profesional de la persona».
La iniciativa forma parte, además, de las acciones diseñadas por el Grupo Regional de Trabajo sobre Suicidio, integrado por más de cuarenta expertos de distintos ámbitos.
Y se ha puesto en marcha como base para la futura «Estrategia de intervención ante tentativas autolíticas y prevención del suicidio», un documento en el que se trabaja desde 2017 y que tiene como objetivo mejorar su prevención, detección y manejo.
El curso se ha desarrollado en dos fases, una ‘online’ y otra presencial, con dos sesiones.
Así, en la fase ‘online’, de contenido teórico y con carácter participativo y activo, los participantes han podido intercambiar material relevante, como recursos didácticos, protocolos de actuación o presentaciones, y debatir sobre diferentes aspectos acerca del suicidio.
La fase presencial se ha organizado en dos sesiones, en cada una de las cuales ha participado la mitad de los inscritos.
En ellas se han trabajado los contenidos teóricos adquiridos en la fase ‘online’ de una manera más práctica, prestando especial atención al entrenamiento en habilidades de entrevista con el paciente en riesgo de suicidio y a habilidades docentes para la transmisión más adecuada de conocimientos en diferentes sectores sanitarios, educativos y sociales.