Los pobres se suicidan más que los ricos en los países desarrollados porque «están más expuestos al paro, la precariedad laboral y la soledad», según ha señalado el sociólogo francés Christian Baudelot, co-autor de un estudio sobre el tema que se ha publicado en Francia.
De acuerdo con esta tesis, la pobreza potencia el suicidio en el mundo occidental actual, lo que significa un cambio respecto a la teoría del sociólogo francés Emile Durkheim en el siglo XIX, según la cual la miseria protegía del suicidio porque creaba cohesión social frente a la adversidad.
«El rostro de la pobreza ha cambiado» desde la crisis del petróleo en los años setenta y «ahora se suicidan más en los países ricos los que tienen la vida más dura», porque «están más vendidos a la marginación, el desempleo y la competición», ha asegurado Baudelot.
En los países pobres, sin embargo, existen unas redes de solidaridad clásicas que hacen que la situación se asemeje a la del estudio de Durkheim y, por tanto, la falta de medios no aumenta el número de suicidios.
Baudelot ha afirmado haberse llevado una «gran sorpresa» al observar en los resultados del informe que la tasa de suicidio femenino sigue siendo mucho menor que la masculina, pese al progresivo cambio en las circunstancias que explican estas diferencias.
«Las mujeres se suicidan hasta cuatro veces menos que los hombres porque están más ligadas a la familia, ya que tienen que cuidar de los hijos, el marido, los padres, etcétera», ha indicado el co-autor, junto a Roger Establet, de ‘Suicide, l’envers de notre monde’ (Suicidio, la otra cara de nuestro mundo), una síntesis de dos siglos de estudio de estas muertes.
Ha considerado «sorprendente» que esta tasa apenas haya variado con la incorporación de la mujer al mundo laboral y con el mayor reparto de las tareas domésticas entre ambos cónyuges.
La tasa de España
En España, al igual que en el resto de países mediterráneos, la tasa de suicidios es «baja», porque «durante mucho tiempo ha sido un Estado pobre donde existía esa miseria clásica que protege», ha explicado.
Baudelot ha citado asimismo «la importancia de la familia extensa, propia de los países mediterráneos», que «atenúa el impacto negativo del paro», y la religión como elementos que explican estos bajos niveles.
Respecto a América Latina, ha señalado que existen pocas estadísticas al respecto y no muy fiables, pero que la tasa de suicidio en la región es «muy baja» a causa de «la importancia de la pobreza en los países latinoamericanos».