Cambiar de antidepresivo en pacientes mayores aumenta el riesgo de suicidio

Esta conclusión se desprende de una investigación realizada en 185.000 pacientes suecos de más de 75 años

Los patrones de prescripción para el tratamiento con antidepresivos pueden jugar un papel en el aumento del riesgo de comportamiento suicida en pacientes de edad avanzada, según sugiere una investigación reciente.

El estudio de cohorte poblacional, que incluyó a más de 185.000 residentes suecos de edad igual o mayor a 75 años que iniciaron el tratamiento antidepresivo tarde en su vida, mostró que cambiar a otro antidepresivo incrementó a más del doble el riesgo de suicidio y casi duplicó el riesgo de intentos de suicidio.

El riesgo, tanto para los intentos de suicidio como para el suicidio consumado, también se incrementó significativamente para quienes usaban ansiolíticos o hipnóticos al mismo tiempo que un antidepresivo.

«Identificamos tres patrones de prescripción asociados al suicidio y al intento de suicidio, que deberían ser tenidos en cuanta por quienes prescriben», explicó a Medscape Noticias Médicas Margda Waern,profesora y psiquiatra del Instituto de Neurociencia y Psicología de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia. «Si está considerando cambiar los medicamentos en esta población, hágalo muy lentamente«, agregó.

Faltan estudios

Una quinta parte de la población sueca que tiene más de 75 años toma antidepresivos, según explicó Waern a los asistentes a la reunión. «Sin embargo, pocos estudios investigan cómo los diferentes patrones de uso pueden afectar el riesgo de comportamiento suicida en adultos mayores. La identificación de la depresión es muy importante como estrategia para la prevención del suicidio, pero los antidepresivos no siempre lograrán el objetivo».

 

Durante el periodo de seguimiento hubo 295 suicidios y 654 intentos

 

 

Los investigadores examinaron datos de 185.225 pacientes de al menos 75 años de edad a quienes se les surtió una receta de antidepresivos entre enero de 2007 y diciembre de 2013. El seguimiento se extendió hasta 2014.

El 63,1 por ciento de los participantes utilizaron inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Entre ellos, los más comúnmente utilizados fueron citalopram (48,4 por ciento), sertralina (9,9 por ciento) y escitalopram (3,3 por ciento). Los inhibidores de la recaptura de serotonina y norepinefrina y los antidepresivos tricíclicos se usaron en un 25,3 por ciento de los pacientes y 11,6 por ciento, respectivamente. Durante el periodo de seguimiento, hubo 295 suicidios consumados y 654 intentos de suicidio.

Los patrones de prescripción mostraron que el 14,8 por ciento de los pacientes usaban dos o más antidepresivos; el 50,8 por ciento usó otros medicamentos psiquiátricos concomitantemente. De este último grupo, el 32 por ciento usaba hipnóticos, el 19,9 por ciento ansiolíticos, el 7,6 por ciento antipsicóticos y el 5,8 por ciento medicamentos para la demencia. Durante el periodo de seguimiento, hubo 295 suicidios consumados y 654 intentos de suicidio.

Difícil traducción

Aunque se necesita más investigación para extraer conclusiones definitivas, los hallazgos generales del estudio «pueden ayudar a informar a quienes prescriben los medicamentos y a quienes inician el tratamiento antidepresivo en pacientes mayores», escriben los investigadores.

«No podemos decir a partir de este tipo de estudio de registro cuál es el mecanismo de lo que está sucediendo. Pero podemos decir con certeza que si está considerando cambiar de antidepresivo, esto podría ser un indicador de mayor riesgo tanto de suicidio como para el intento. Así que tenga mucho cuidado con el paciente mayor», advirtió Waern.

Los hallazgos, que se publicaron el mes pasado en el European Journal of Clinical Pharmacology, y se presentaron y debatieron en congreso de la American Association for Geriatric Psychiatry (AAGP) 2018.

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