«No se trataba de rabia ni resentimiento, mucho menos de odio; lo mío era una cuestión de decepción por andar siempre esperando lo que yo estaría dispuesto a dar». Esta frase, fotografiada del libro de Edwin VergaraCartas sin destino, fue lo último que supe de mi amiga Cris. Momentos después de haber cambiado su estado en las redes sociales por esta foto, se suicidó. En los días siguientes descubrí en quienes la habían conocido, y en la sociedad que nos rodea, la poca predisposición a intentar comprender al suicida…