La profesora Susana Al-Halabí aborda esta problemática en el V Congreso Nacional de Psicología
El suicidio es la primera causa de muerte de las mujeres durante el periodo perinatal, que comprende desde el embarazo hasta un año después del parto. Una problemática desconocida para un importante porcentaje de la población, que ha abordado Susana Al-Halabí, profesora del departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo, en el V Congreso Nacional de Psicología (CNP2021 Virtual) e International Symposium on Public Health Psychology. Una cuestión con la que, según la investigadora, nos enfrentamos a un “doble estigma”.
En este sentido, Al-Halabí apunta que, por un lado, está el problema directamente relacionado con el suicidio, un tema “plagado de prejuicios, tabúes y estigma social”. Por el otro, que la conducta suicida o las ideas e intentos de suicidio tengan lugar en el que se supone que es uno de los momentos más felices en la vida de una mujer.
«Tenemos un problema muy serio que no se aborda en absoluto en los servicios de Ginecología y Obstetricia» |
“Se trata de una asociación entre maternidad y suicidio que es muy compleja y que también está plagada de mitos. Estas mujeres tienen una barrera importante para pedir ayuda o conseguir los recursos necesarios para superar esta situación porque nadie espera que una mujer con su bebé tenga ideas de suicidio”, continúa la psicóloga. “Tenemos un problema muy serio que no se aborda en absoluto en los servicios de Ginecología y Obstetricia, entiendo que, en parte, por falta de información”, añade.
Por ello, Al-Halabí considera que es un buen momento para demandar la formación integral en conducta suicida por parte de todos los profesionales sanitarios, “no solamente de los psicólogos o psiquiatras”. “Todos los profesionales sanitarios deberíamos estar sensibilizados con este tema”, reivindica.
La investigadora expresa que muchas mujeres no buscan ayuda por miedo al estigma o a la intervención de los servicios sociales. Además, la propia maternidad puede suponer una barrera, ya que las demandas del bebé pueden interferir con la posibilidad de asistir regularmente a las sesiones de tratamiento. También pueden estar presentes otras murallas, como los problemas financieros, el miedo a tener que interrumpir la lactancia, las prioridades mal administradas o la falta de apoyo de la pareja y de la familia. “Al final, la conducta suicida va a tener mucho que ver con el sufrimiento y con la vivencia de un dolor psicológico que en un momento determinado es vivido como insoportable o irresoluble por parte de la persona”, subraya.
Al-Halabí pone sobre la mesa la necesidad de contar con modelos comprehensivos de carácter psicológico, centrados en estas mujeres y en sus experiencias con la maternidad. “De nuevo, reclamamos la presencia estructural del profesional de la Psicología en las plantillas y unidades de Ginecología y Obstetricia para una buena salud mental en la etapa perinatal, tanto de las madres, como de sus bebés en el futuro”, concluye.