Ourense cuenta con una unidad específica multidisciplinar desde el año 2009 que atiende a vecinos de toda la provincia
En España hay pocos servicios sanitarios específicamente dedicado a la prevención de las conductas suicidas. Es un tema del que se huye en el aspecto social y que tampoco parece interesar a los responsables de diseñar las políticas sanitarias. Ourense es, en ese campo, una de las pocas excepciones. Aquí funciona uno de los servicios de mayor experiencia, junto con el que existe en Barcelona. Es la Unidad de Intervención y Prevención de Conductas Suicidas, dependiente del servicio de Psiquiatría de la gerencia del área sanitaria de Ourense, Verín y O Barco.
La provincia ourensana fue elegida para pilotar un proyecto derivado del Plan Galego de Saúde Mental y en la primavera del 2009 comenzaba a funcionar la unidad específica para ayudar a personas que habían tenido un intento de suicidio o que presentaban tendencias autolesivas. A día de hoy sigue en marcha y en los últimos años ha logrado resultados destacados en la reducción del riesgo de reincidencia hasta situarlo en la mitad de lo habitual en pacientes que no reciben esta atención específica.
Ayer, la psiquiatra Marina González, la psicóloga clínica Teresa Reijas y la enfermera especialista en salud mental, Amparo González, que forman equipo en esta unidad multidisciplinar, explicaron el método de trabajo que siguen con los pacientes a los profesionales sanitarios que ayer acudieron a la sesión científica organizada por la Academia Médico Quirúrgica en la sede colegial de los facultativos ourensanos.
Pero además de las cuestiones técnicas y de los resultados obtenidos, las especialistas hicieron hincapié en la necesidad de afrontar la problemática del suicidio más allá del ámbito de la sanidad para lograr erradicar las conductas autolíticas y la reincidencia una vez que se produce un primer intento. «El suicidio se puede prevenir y esa prevención nos concierne a todos, no sólo al sector de la salud, sino también al de la educación, al del empleo, al del bienestar social y a los medios de comunicación, entre otros», señalaron. Para el equipo de la unidad ourensana es imprescindible que toda la sociedad asuma esta realidad para luchar contra la estigmatización que acompaña a quien ha hecho un intento de estas características o incluso ha tenido un familiar fallecido de ese modo. «Las comunidades desempeña una labor crucial en la prevención del suicidio», insistieron.