La tasa de suicidios en Aragón se situó por encima de la media nacional en el periodo que va desde el 2014 al 2016, en una sociedad en la que, pese a los datos, impera la «cultura del silencio» sin que existan campañas para prevenir este «problema de salud».
Además, el suicidio fue en Aragón, en el 2017, la primera causa de muerte externa entre los jóvenes de 15 a 29 años junto con los accidentes de tráfico, según el Instituto Nacional de Estadística, aunque el mayor número de casos se concentró en el grupo de edad de 40 a 54 años.
El número de personas que se quitaron la vida en la comunidad fueron, por años, 98 (2013), 116 (2014), 131 (2015), 113 (2016) y 100 (2017), según los datos del observatorio.
Si se hace una comparación de la tasa por 100.000 habitantes, se aprecia que entre el 2014 y el 2016 las cifras se situaron por encima de la media nacional.
Estos son algunos datos reflejados en la Guía informativa para la detección y prevención del suicidio, elaborada por el Colegio Profesional de Psicología de Aragón, el Teléfono de la Esperanza, la Asociación de Periodistas de Aragón y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud.
Este documento, que ha sido presentado ayer en el Palacio de la Aljafería, busca hacer visible una realidad que afecta a cientos de personas en España y concienciar a la sociedad para poner en marcha mecanismos de detección y prevención de suicidio.
Hasta ahora este ha sido un tema tabú, tanto que la opinión pública desconoce el problema y no sabe que en los últimos años han aumentado los casos, según explicó la presidenta del Colegio Profesional de Psicología de Aragón, Lucía Tomás, que apuntó que, en general, no se habla de la muerte, «y mucho menos del suicidio».
Tomás reflexionó también sobre el tratamiento informativo de estas noticias y se mostró partidaria de informar con rigor y sin alarmismos, y de promover campañas de prevención como se hace con los accidentes de tráfico. «Informar es concienciar y esto se tiene que convertir en un problema de todos», manifestó.
La guía hace un análisis sobre los factores de riesgo y las señales de alerta y aporta pautas también para los familiares y allegados que sufren una muerte por suicidio. Además, indica los servicios profesionales a los que acudir en estos casos.