El Teléfono de la Esperanza de Baleares ha registrado 1.114 llamadas de ayuda en el año 2018, de las que 51 eran por ideas, crisis o actos suicidas
Hablamos con Lino Salas, portavoz del Teléfono de la Esperanza en Baleares. Entrevista en La Mañana en COPE Más Mallorca, miércoles 4 de septiembre de 2019.
Todos somos vulnerables”, bajo este lema, el Teléfono de la Esperanza quiere celebrar el día internacional para la prevención de la conducta suicida instituido desde 2003 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) haciendo hincapié en el carácter universal del sufrimiento humano. Destacan así la importancia de reconocernos vulnerables como paso previo para pedir ayuda y para recibirla. Según Lino Salas, portavoz del Teléfono de la Esperanza en Baleares, “el reconocimiento de nuestra vulnerabilidad no nos hace más débiles. La foto que publicamos en el cartel muestra un grupo de manos que se alza a la vez, evocando el carácter universal de la experiencia de nuestra vulnerabilidad”.
Para Salas, “la conducta suicida se puede prevenir. Se debe prevenir. Cada día constatamos cuando recibimos una llamada que la conducta suicida es recuperable. Pero para eso, hay que estar muy atentos para detectar o saber interpretar las señales que nos envía la persona que tiene ideas suicidas para evitar una crisis y que de la crisis no pase a un acto suicida”.
Por eso, es muy importante romper el “tabú del silencio”, el lema de hace dos años. La sociedad y quienes la dirigen “no pueden seguir ocultando o ignorando más de un millón de suicidios que se registran cada año en el mundo”. La OMS hace tiempo advirtió que si no nos poníamos a trabajar a fondo en el año 2020 podríamos llegar a un millón y medio de suicidios.
El suicidio en España causa el doble de fallecimientos que los accidentes de tráfico, entre 3.600 y 3700 personas se suicidan anualmente en nuestro país. Sin embargo, se calcula que el número de personas que lo intentan se eleva a 8.000. Aun así, el tabú que siempre ha generado y la falta de información que se ha elaborado en torno al mismo, ha provocado un desconocimiento profundo sobre la realidad de este grave problema de salud pública.
La OMS estima que entre el 5% y el 10% de las personas que presentan alcoholismo terminarán suicidándose. Que el 10% de los accidentes de tráfico son suicidios encubiertos y que algunos fallecimientos no se registran como suicidios. Por eso, afirma Salas, “es importante ser más riguroso en la recogida de datos, y en los protocolos”.
En los países en los que se han desarrollado planes y políticas de prevención específicas, las tasas de suicidio han descendido de manera considerable, como en los países Nórdicos.
Y especialmente Suecia, que ha sido pionero en contar con un plan estatal, programas, recursos, registro y estadísticas. Por eso daba la sensación que había más suicidios que en otros países. Lo mismo les había sucedido anteriormente a los ingleses. Se llegó a hablar de “el mal inglés”. Porque fueron pioneros en hablar y registrar los suicidios, dando la impresión que había muchos. Lo que pasa es hay países que no llevan un control estadístico de este grave problema.
A pesar de la magnitud del problema, en España seguimos sin contar con un Plan Nacional para la Prevención del Suicidio, con medidas y programas concretos de prevención que podrían salvar vidas y evitar mucho sufrimiento humano, mucho dolor y sufrimiento psíquico. Por eso, se dice que el suicida no quiere quitarse la vida sino dejar de sufrir. Es tanto su dolor y sufrimiento que dejar de sufrir, significa, quitarse la vida.
El Teléfono de la Esperanza ha puesto en marcha dos iniciativas.
- El Teléfono de la Esperanza presentó en 2017 al Congreso de los Diputados una Proposición No de Ley para instar a la puesta en marcha de un Plan de Prevención del Suicidio. Fue aprobada por todos los grupos políticos, pero ahora necesitamos que se haga efectiva. Por este motivo, lanzamos la campaña de la recogida de firmas.
- El Teléfono de la Esperanza ha lanzado una campaña de recogida de firmas (ya llevamos 22.766 firmas) para pedir al Gobierno de España y en concreto, al Ministerio de Sanidad, la elaboración de un Plan Nacional de Prevención del Suicidio. El Plan debería de incluir, entre otras medidas, una lista detallada de acciones preventivas y dotarlo de un presupuesto. Y que se logre implicar a las Administraciones Públicas, medios de comunicación y la sociedad.
Un dato a destacar es que en estos últimos 9 años el número de llamadas en Baleares ha sido de 12.354, y de este total 315 han sido llamadas para pedir ayuda con ideas suicidas, crisis suicidas o actos suicidas. El año pasado el Teléfono de la Esperanza registró 1.114 llamadas de ayuda y prácticamente se equipara el porcentaje de hombres y de mujeres. Sin embargo, en el 2014 el 75% de las llamadas eran mujeres. Poco a poco se han ido igualando hasta llegar al porcentaje actual. Para Salas es un dato relevante que pidan ayuda tanto hombres como mujeres, “y, especialmente, digno de destacar que los hombres sientan la necesidad de pedir ayuda. Muestran sus sentimientos y se nota un cambio en la mentalidad de los hombres”.
De estas 1.114 llamadas se registraron 51 por ideas, crisis o actos suicidas. De enero a julio de 2019 han recibido 647 llamadas y casi es el mismo porcentaje entre hombres y mujeres. De las 647 llamadas, 21 fueron por ideas, crisis o actos suicidas. El 75% eran mujeres. Casi el 60% tenían entre 36 a 55 años de edad.