El suicidio entre los jóvenes suele ser tan espontáneo y poco planificado que se puede prevenir si no se encuentran en un lugar potencialmente peligroso al aire libre. Conseguir que el entorno construido sea el óptimo puede ser, por tanto, un factor «muy importante» para evitar estas tragedias, segúna Charlotta Thodelius, investigadora de la Universidad de Tecnología de Chalmers (Suecia).
Al combinar la sociología y la criminología con la arquitectura en su tesis doctoral, Thodelius se ha centrado en las lesiones entre jóvenes de hasta 19 años, y cómo el entorno y el diseño arquitectónico influye. Su trabajo se ha dividido en tres partes: accidentes en el entorno familiar, el riesgo de violencia en la escuela y la importancia de la ubicación en situaciones suicidas.