Los expertos llaman a visibilizar una problemática que duplica las muertes por accidentes de tráfico. La prevención incluye informar debidamente a la ciudadanía y una rápida respuesta de los profesionales
El suicidio es la primera causa de muerte no natural en todo el mundo. En Catalunya un total de 513 personas pusieron fin a su vida en el 2014; en España, 3.569 en el 2016. Son los años de los que se tienen los últimos datos, que no obstante permanecen estables a lo largo del tiempo. Cada año, unos 8.000 españoles intentan, de manera fallida, suicidarse. Las muertes por suicidio duplican las provocadas por accidentes de tráfico: en el 2018 un total de 1.180 personas fallecieron en las carreteras.
Además, las defunciones por suicidio son 80 veces superiores a las que tienen lugar por violencia machista. Los expertos recomiendan hablar al respecto (sin presentar ni como héroes ni como víctimas a quienes se quitan la vida) y difundir informaciones sobre este gran problema de salud pública y social con el objetivo de sensibilizar a la sociedad y prevenir.
La prevención
La psiquiatra del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona) Aina Fernández Vidal explica que «el suicidio puede ser la consecuencia de un trastorno mental». Fernández Vidal también es responsable de la unidad de prevención del suicidio de Sant Pau, que fue pionera en toda España. «Hacemos un seguimiento intensivo del paciente que ha intentado suicidarse e intentar ver si hay un trastorno mental de base. También acompañarlo, esto es, mostrarnos disponibles para ayudar», añade.
«El suicidio causa muchísimas muertes, por eso lo tenemos que prevenir. Y, para ello, hay que informar a la gente»
Psiquiatra del Hospital de Sant Pau
Desde el 2014, Catalunya cuenta con el programa Codi Risc Suïcidi (CRS), que incluye un protocolo específico de actuación y asegura una respuesta homogénea en los servicios de urgencias hospitalarias. «El CRS se activa cuando el paciente va a urgencias. El objetivo es que este sea atendido en el menor tiempo posible», relata la psiquiatra, quien señala que «por fin está saliendo a la luz que el suicidio es la causa de muchísimas muertes de la población». «Por eso lo hemos de prevenir. Y, para ello, hay que darle información a la gente».
Tener información
En la misma línea se posiciona Josep Maria Suelves, profesor de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Suelves llama a no ocultar esta problemática. «Se habla poco del suicidio porque en muchas culturas el suicidio todavía tiene connotaciones morales negativas; en el cristianismo, por ejemplo. Se ha considerado, erróneamente, una especie de fracaso personal. Y desde hace siglos se tiene la idea equivocada de que hablar sobre ello pueda estimular más suicidios», dice este profesor. «No es verdad. Debemos hablar sobre el suicidio, pero nunca presentándolo como una opción atractiva, un acto heroico o una solución acertada», añade.
«Se habla poco de ello porque en muchas culturas aún tiene connotaciones morales negativas»
Profesor de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC
Cada vez, cuenta Suelves, se habla más acerca de los suicidios, sobre todo en los últimos años. «La crisis económica nos ha llevado a hablar más del tema. Al comienzo de la misma, se hablaba de que en Grecia habían aumentado los suicidios», dice este profesor, que matiza que en España, «aparentemente», no han aumentado los suicidios por la crisis. Aun así, advierte, los datos son «un poco difíciles de interpretar», ya que la calidad de los mismos no es buena. El Gobierno de Pedro Sánchez, con la entonces ministra de Sanidad al frente, Carmen Montón, se comprometió en junio a crear una estrategia nacional de prevención de suicidios. Pero, de momento, nada.
Población de riesgo
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año unas 800.000 personas en todo el mundo se suicidan. Algunos estudios internacionales apuntan a que, en algunos países, se ha detectado un aumento de los mismos en festividades como Navidad, Fin de Año o San Patricio. Se debe, según Suelves, al incremento de sentimientos como la soledad, además de otros factores determinantes. Adolescentes y personas mayores son población de riesgo, recuerda la doctora Fernández Vidal. «Sobre todo cuanta más edad, más riesgo de suicidio».
En algunos países se detecta un aumento de suicidios en festividades como la Navidad
Por su parte, Josep Maria Suelves reflexiona acerca las nuevas tecnologías. «Pueden provocar un aumento de suicidios [como hizo, por ejemplo, el juego ‘Ballena azul’], pero también disminuirlos. En algunos lugares del mundo hay herramientas de detección para avisar de que algún internauta está pensando en esta idea», opina Suelves, quien opta por la «prevención» mediante la actuación cuando existen «riesgos» de suicidio. Son frecuentes, por ejemplo, los casos de adolescentes que hablan en el colegio de suicidio y, en este sentido, llama al mundo educativo a desarrollar herramientas para mejorar la salud de niños y adolescentes. «Aunque la respuesta no debe ser solo educativa, sino del conjunto de la sociedad», concluye.
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