Una mujer que se sentó este miércoles en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Lugo para responder por el supuesto intento de homicidio de sus dos hijos menores de edad, negó durante su declaración que tuviese intención de hacerle ningún daño a los niños, que en el momento de los hechos tenían seis años y 15 meses. Según el ministerio fiscal, que pide para la acusada cuatro años y medio de cárcel, la retirada de la patria potestad y su internamiento en un centro psiquiátrico para ser tratada, los hechos sucedieron el 23 de septiembre de 2009, en Monforte de Lemos, cuando la acusada, «guiada por el ánimo de poner fin a su vida y a la vida de sus dos hijos menores, abrió todos los mandos de la cocina de butano», antes «de acostarse los tres en la cama».
No llegó a conseguirlo, aclara el fiscal, porque «previamente le había mandado un mensaje de texto a su marido» en el que le advertía de lo que tenía pensado hacer, por lo que el hombre llamó al teléfono de emergencias 112 para pedir ayuda. Agentes de la Policía Nacional, ante el fuerte olor a gas que salía del domicilio, echaron la puerta abajo, cerraron los mandos de la cocina que estaban abiertos y abrieron las ventanas del domicilio para ventilarlo, de modo que los menores «no llegaron a sufrir ninguna lesión».
El fiscal hizo constar en su escrito de acusación que la mujer padecía un «trastorno depresivo crónico de tipo neurótico y un trastorno límite de la personalidad», así como que en el momento de los hechos «se encontraba emocionalmente inestable debido a dificultades en la relación de pareja, conflictividad laboral y consumo de drogas, cocaína y hachís», de modo que tenía sus facultades «parcialmente alteradas».
La acusada reconoció en el juicio que en el momento de los hechos consumía alcohol y drogas, así como que estaba «desbordada» por la mala relación que mantenía con su madre y los problemas con su pareja. «Era yo la que tiraba por todo», dijo en la vista oral, con jornadas de trabajo de «diez a doce horas diarias», por lo que «llegó un momento en el que no podía más, me vi desbordada».
Fue «una llamada de atención»
En todo caso, negó tajantemente que hubiese tenido intención de acabar con su propia vida o con la de sus hijos y aseguró que solo tuvo abiertos los mandos de la cocina de butano durante unos minutos para que su marido se asustase, como una «llamada de atención» para él y para su madre, para que se diesen «cuenta de la situación en la que se encontraba». Aseguró que antes de meterse en cama con los niños apagó los mandos de la cocina, que además estaba abierta y ventilada.
La mujer, que ahora tiene otros dos hijos pequeños de otra relación, reconoció ante el tribunal que cometió «un error muy grave», pero «en ningún momento» tuvo «intención de matar» a sus dos pequeños o «de suicidarse». De hecho, aseguró que ya ha pedido perdón y en los últimos años ha intentado mantener relación con ellos y, si bien no vive con los niños, dijo al tribunal que siempre pide los informes sobre su evolución escolar y sobre su estado de salud, para seguir presente en sus vidas.