El suicidio es uno de los mayores problemas que tenemos como sociedad y nos toca a todos atajar el vertiginoso aumento en el número de personas que, no solo se privan de la vida, sino también el histórico crecimiento en la cantidad de ciudadanos lo contemplan.
Según datos recopilados por la Comisión para la Prevención del Suicidio, adscrita al Departamento de Salud, de 2000 a 2017 se reportaron 5,459 muertes por suicidio en Puerto Rico, para un promedio anual de 303 suicidios, o una tasa constante de 8.2 muertes de suicidio por cada 100,000 habitantes.
La crisis económica de los últimos años, unida al impacto de los huracanes Irma y María, han hecho que esas cifras se disparen a niveles sin precedentes. Durante 2017, los suicidios aumentaron en un 20 por ciento (55 casos más) en respecto al año anterior. El número parece estar creciendo aún más este año.
Más preocupante es la cantidad de personas que ahora están pensando en quitarse la vida. Información detallada sobre el uso de la Línea de Primera Ayuda Sicosocial, conocida como PAZ, pinta un difícil panorama. En enero de 2017 esa línea de asistencia recibió un total de 12,192 llamadas de ciudadanos con tendencias suicidas. En enero de este año el número aumentó a 16,934. De igual manera incrementó la cantidad de personas atendidas en llamadas que presentaban la idea de suicidarse en un período de 24 horas, de 379 en enero del año pasado a 1,075 este enero.
El gobierno hace grandes esfuerzos para mitigar esta situación. Ha aumentado los adiestramientos a las agencias, municipios, hospitales y organizaciones sin fines de lucro, entre otros. También está modelando la Guía de Protocolo Uniforme para la Prevención del Suicidio a la realidad que vivimos en la Isla post María y desarrollando talleres de salud mental a través de todas las regiones. Pero necesitamos hacer más.
El suicidio debe ser tratado como una emergencia, destinando los recursos necesarios para cambiar el rumbo que llevamos. Para ello, se tiene que promocionar la Línea PAZ, para que todos en Puerto Rico la conozcan y las ayudas que brinda en momentos tan difíciles. Los patronos tienen también la responsabilidad de identificar a aquellas personas con las características que usualmente anuncian la idea del suicidio. Por las estadísticas sabemos que la región de Aguadilla es la más que ha promediado suicidios durante los últimos 17 años. Entonces, se debe enfocar esfuerzos en la zona oeste.
Es vital tener más charlas educativas, e incrementar la intervención de las autoridades federales, como el Departamento de Salud y Servicios Humanos federal. También lo es desarrollar una mayor presencia en los medios de comunicación masiva, tales como la televisión, los periódicos, la radio y los portales de noticias digitales, al igual que en las redes sociales. Un pueblo informado, tomará mejores decisiones. Tenemos que llevar el mensaje de que existen alternativas reales y directas y que la gente no está sola.
El momento de actuar es ahora, porque de acuerdo a estadísticas del gobierno federal, a un año de un desastre o acontecimiento significativo, como María, es cuando se comienza a ver aumentos marcados en problemas de salud mental. Está en nosotros romper este patrón y lo vamos a hacer.