El suicidio de Thalía, una adolescente trans de 17 años a la que, de nuevo, el acoso y una sociedad tránsfoba arrebataron la vida este viernes en la localidad de Móstoles (Madrid), ha vuelto a activar la alarma y desatado las denuncias de colectivos en defensa de las personas trans.
«Thalía acababa de comenzar su tratamiento hormonal, y algo, ese algo que a menudo se llama presión social, maltrato institucional o acoso, llevó a Thalía a quitarse la vida», informó la agrupación Móstoles Feminista en su cuenta de Facebook.
La Plataforma Trans ha lamentado el suicidio de la joven y expresado sus condelencias a la familia, pero poniendo en relieve que se trata de un problema que trasciende el caso particular de Thalía. «Sentimos un gran dolor como iguales que nos provoca esta reiterada y lamentable forma con que los jóvenes trans gritan al mundo, que esta sociedad está enferma si no es capaz de crear condiciones culturales, sociales y participativas, donde todas y todos quepamos y donde el derecho a ser, sea un derecho que vertebre la convivencia social», ha clamado la plataforma en un comunicado.
También han recordado que estos hechos ponen de manifiesto lo «desgarrador» de las encuestas, que afirman que más del 80 por ciento de los menores y adolescentes trans piensan en suicidarse, que más del 40 por ciento lo intentan y que lo consiguen cerca del 7 por ciento.
Desde la plataforma destacan que el rechazo familiar, el acoso escolar, del entorno, los obsoletos y patologizantes modelos de atención sanitaria «son las causas de estos asesinatos sociales e institucionales«. «Es necesario subvertir la relación que las familias, sociedad y la clase política tienen con las personas trans. Hay que dar urgentemente una respuesta transversal e integral a todas las situaciones y ámbitos donde las personas trans son objeto de discriminación; la educación, atención sanitaria, inclusión laboral, el deporte y la identidad legal, han de proteger el derecho a la identidad sexual y expresión de género», ha incidido la presidenta de la Plataforma Trans, Mar Cambrollé.
Y es que, considera, es «insuficiente» una reforma de la Ley 3/2007 para el cambio registral del nombre y sexo de las personas. «El nombre en un DNI es necesario, pero ello no es una herramientas para despatologizar las identidades trans, ni para garantizar la protocolos y normas que pongan fin al acoso social», ha añadido.
Desde la Federación Plataforma Trans hacen un llamamiento «a la responsabilidad política» para que la propuesta de Ley sobre la protección jurídica de las personas trans y el derecho a la libre determinación de la identidad y expresión de género sea llevada al Pleno del Congreso de los Diputados para que se voté su trámite y pueda ser aprobada.
Por su parte, los diputados regionales Carla Antonelli (PSOE) y Eduardo Fernández Rubiño (Podemos) han lamentado la muerte de la menor, y han pedido a través de sus respectivas cuentas de Twitter acabar con la «ideología del odio» y con «una sociedad que lleva al suicidio a alguien con toda la vida por delante».