La Policía evitó que una treintena de adeptos se suicidasen porque estaban convencidos que el fin del mundo sería inminente. Creían que una nave espacial recogería sus cuerpos en el Teide
Corría 1998 cuando la Policía Nacional eliminó en Canarias una supuesta facción de la secta destructiva Orden del Templo Solar. Lo haría el mismo día que tendría previsto suicidarse Tenerife sobre las 20 horas. Fue en la primera semana de enero de ese año. La policía arrestó a una psicóloga alemana que supuestamente planeaba conducir a los seguidores de su culto.
Fue puesta en libertad por falta de pruebas. Ella afirmaba que eran amigos suyos que estaban en las islas por vacaciones de Navidad. Se trata Heide Fittkau-Garthe, ahora con 77 años. Y fue arrestada por cargos de asociación para intento de suicidio colectivo.
Unos 30 miembros del culto planearían suicidarse porque creían que el fin del mundo estaba por llegar. Le dijeron a la Policía que una nave espacial recogería sus cuerpos en el Teide en Tenerife. Entre los intervenidos, cinco menores. Era en los albores del, cambio de milenio.
Se barajaba que era una presunta rama de la Orden del Templo Solar, cuyos seguidores ejecutaron suicidios en masa en Canadá, Francia y Suiza. En 1994, uno de ellos, en Suiza, un peluquero tinerfeño, que habría ido desde Tenerife a Ginebra a entregar dinero que recaudaba la secta en Canarias.
Conexión
Al parecer, el cuerpo del tinerfeño fue encontrado en Suiza con una bala, es decir, no querría sucuidarse y lo liquidaron. En Suiza, en 1994 año, la Orden del Templo Solar se llevó la vida de 47 integrantes y ese canario. Se encontró cuerpos sin vida de niños con edades de entre de entre 6 y 12 años.
En aquella época, hubo varias decenas de muertos por este mismo asunto en Canadá y los Alpes franceses. El suceso de Tenerife se originó tras los acontecimietos sobre 39 integrantes de la secta «Heaven’s Gate» que pusieron fin a su vida en una mansión en las afueras de San Diego, Estados Unidos.
A todo ello, hay que destacar que la Orden del Templo Solar llegó a España en 1984. En 1984, el fundador de la secta, Luc Jouret, dio una conferencia en Tenerife para hablar de las bondades de su grupo sectario. Algunos supervivientes o seguidores seguirían con sus teorías en la Península. Existía una burbuja de suicidios colectivos y, por tanto, a la Policía le parecía creíble la información tramsitida por la Interpol. Ese Luc Jouret se suicidó en Suiza.
Teoría
Fittkau-Garthe sostenía, de acuerdo con las tesis que se manejó en el Reino Unido en aquella época, que las víctimas del Holocausto nazi eran producto del «karma y a sus propias malas acciones en vidas pasadas». También se dijo que ella misma afirmaría haber sido el Zar Nicolás II en una vida anterior. Un miembro de culto supuestamente había sido Lenin. Por tanto, le debía respeto e ir con ella hasta el final en esta vida.
La líder del grupo vivía entre Hamburgo y Tenerife. Se instaló en Tenerife y repatrió capital procedente de Alemania. Existió la teoría de la Policía que Fittkau-Garthe se inventó su propia secta; pero la presencia del tinerfeño presuntamente «suicidado» en Suiza dejaba abierta su relación con la Orden del Templo Solar en Canarias. La Policía pudo detectar el intento masivo de suicidio por una información procedente de Munich.
Fittkau-Garthe estaba separada cuando fue detenida. En los años Ochenta estuvo en India con un grupo que promueve el celibato, el veganismo y yoga, entre otros aspectos. En Alemania, algún devoto de Fittkau-Garthe, dijo estar convencidos de que la líder de la secta estaba «tocada por la mano de Dios».
¿Veneno y venganza?
Fittkau-Garthe estuvo detenida durante doce días antes de ser liberada sin cargos por falta de pruebas. Desde entonces, ha mantenido un perfil bajo. Mantiene su vida entre la agricultura biológica y algunas actividades de ocio. Sotiene que los suyo en Canarias «no era una secta» y que la acusaron «de planear el suicidio de un grupo de amigos que simplemente habían venido a pasar la Navidad en Tenerife».
La psicóloga sostuvo siempre que «fue el resultado de un acto de venganza de una hija con su madre, que era una del grupo. Seis meses antes habían tenido una gran disputa familiar y fue la hija quien contactó a Interpol y les dijo que su madre y otras cien personas estaban en Tenerife con la intención de suicidarse en masa».
A no ser que fuese abono para el jardín o para lavar la loza de tanta gente en una misma casa e inmediaciones en tiendas de campaña, las autoridades encontrarían sustancias químicas venenosas en la casa de una aparente buena persona que, según la Policía, había «lavado el cerebro» a sus seguidores. En uno de los pocos comentarios públicos de un miembro del grupo, un alemán afirmó que no tenían intención de suicidarse y negó que el grupo fuera una secta.