Las conductas suicidas entre menores se han multiplicado por 35 en la última década: «Es un auténtico tsunami que crece cada año»

La salud mental de los menores en España se ha deteriorado de forma alarmante en los últimos años. Las conductas suicidas son ya el principal motivo de las llamadas de auxilio de los menores de 18 años, que se han multiplicado por 35 en apenas una década; seguidas de las autolesiones, la ansiedad, la depresión y los trastornos de la alimentación, con un aumento del 291%. Según el Informe Anual 2022 del Teléfono/Chat ANAR, no solo aumentó el número de peticiones de ayuda, sino que también se han agravado las situaciones y alargado la duración de los problemas en el tiempo.

«Hay un dato muy destacable y es que, igual que para los menores la salud mental ha sido el principal motivo de consulta (en el 45,1%), para los adultos solo lo han sabido ver en el 20% de los casos. Es decir, los menores de edad nos han hecho partícipes de su sufrimiento, mientras los adultos hemos permanecido más ajenos, normalizando actitudes y sin percibir las señales de alerta», señala a 20minutos la directora de las Líneas de Ayuda ANAR, Diana Díaz. 

Así, por primera vez desde que se puso en marcha el teléfono en 1994, el bloque de los problemas de salud mental supera al de la violencia en el caso de las consultas realizadas por los menores de edad. La conducta suicida es, de hecho, el principal motivo de llamada por parte de los niños y adolescentes, con un 17,5% del total de sus peticiones de ayuda. Tan solo en el pasado año, la Fundación atendió un total de 7.928 consultas por ideación suicida e intentos de suicidio, lo que supone un incremento del 3.376% en la última década. O, dicho de otro modo, se han multiplicado por 34,8.

«La conducta suicida es un auténtico tsunami que no podemos dimensionar aún porque crece cada año. Y que está directamente relacionado con la soledad y el uso de la tecnología», asevera Benjamín Ballesteros, director técnico de Programas de ANAR. 

Ideaciones e intentos de suicidio y autolesiones de menores de edad.
Ideaciones e intentos de suicidio y autolesiones de menores de edad.
ANAR

Se dispararon igualmente —un 291%— las consultas por autolesiones, ansiedad, tristeza/depresión y trastornos de la alimentación; siendo las de autolesiones las que más se han multiplicado (un 45,7 en esta década), pasando de los 71 casos registrados en 2012 a los 3.242 de 2022. Un fenómeno que, según ANAR, está «íntimamente relacionado» con los intentos de suicidio «por su alta probabilidad de desenlace fatal cuando los niños y adolescentes cambian de procedimiento».

Un fenómeno «multifactorial»

«Lo primero que hay que dejar claro es que la conducta suicida es un fenómeno multifactorial. Muchas causas han desencadenado que un individuo se lo llegue a plantear, y nada es determinante en sí mismo», incide Díaz. En la Fundación han identificado, eso sí, «factores secundarios» asociados a los problemas de salud mental. «Son motivos secundarios como situaciones de violencia, maltrato intrafamiliar, agresiones sexuales, acoso escolar, ciberbullying, entre otros muchos», detalla. 

Las probabilidades se disparan también si el menor arrastra problemas emocionales y psicológicos previos que no fueron tratados por un profesional y que en su momento le provocaron una etapa traumática, un duelo, o una situación que le generaba estado de ánimo depresivo que no se atendió. Lo mismo ocurre con el entorno. El estudio constata que se viven muchas situaciones de violencia en los hogares, tales como la violencia de género, y que los familiares con los que convive el menor sufren problemas de salud mental en el 35 % de las consultas, lo que añade un factor más a esa sensación de desamparo. 

«Una mayor irritación, tristeza o incluso el aislamiento social puede ser una voz de alarma del menor de edad»

Para ANAR, es primordial atender a un dato preocupante: esa diferencia significativa entre el número de alertas sobre problemas de salud mental expresadas por los propios menores, y las que hacen los adultos que les rodean (45,1% frente al 20%). Por ello inciden en la necesidad de prestar atención a las posibles señales de alerta, como podría ser un cambio en el comportamiento o en el estado de ánimo «que no es propio de la adolescencia, sino que es algo que le está pasando y que le hace sentir especialmente diferente», asevera Díaz. Una mayor irritación, tristeza o incluso el aislamiento social, ya no solo respecto a sus familiares, sino de sus iguales, puede ser una voz de alarma del menor de edad. 

La influencia transversal de las tecnologías

Además, según señala Díaz, todos los motivos están «empapados» por la implicación de las tecnologías. «Su uso inadecuado supone un riesgo y está detrás de estos casos», añade. Las redes sociales, en concreto, «atraviesan y potencian» esos fenómenos de forma transversal. 

Así se refleja también en las cifras de los problemas de baja autoestima, que aumentan un 494% respecto a 2021, las obsesiones relacionadas con la autoimagen (+440%) y los complejos (+350%). «Cuando nos dicen ‘no puedo’, ‘no llego’, ‘no soy capaz’… está muy relacionado con la imagen, y no solo eso, sino también con verse capaces de llegar a ciertos objetivos que muchas veces son inalcanzables», detalla la directora de la línea de ayuda de la Fundación. 

«Se comparan muchísimo con que ven en las redes sociales, con sus iguales y con la imagen social ideal absolutamente distorsionada que deriva en una inadecuada gestión emocional con mecanismos de autorregulación absolutamente nocivos», añade. A ello se le suma la incertidumbre de los últimos dos años, con una pandemia sanitaria y una guerra que amenaza a Europa. «Todas las crisis, duelos, donde el adolescente siente que no puede controlar nada en su entorno y muchas veces la forma de controlar algo es a través del cuerpo», explica Díaz. 

Conclusiones principales del Informe Anual 2022 del Teléfono/Chat ANAR.
Conclusiones principales del Informe Anual 2022 del Teléfono/Chat ANAR.
ANAR

La mitad de víctimas no son conscientes de que lo son

Si los problemas de salud mental eran los más alertados por los menores de edad, la violencia ejercida contra ellos es denunciada en mayor medida por los adultos que les rodean (en seis de cada diez consultas). Aun así, ocupa el segundo puesto en las peticiones de ayuda de niños y adolescentes, representando un 34,7% del total de los casos. 

La violencia de género sigue creciendo, como lo viene haciendo desde hace ya 13 años: se ha multiplicado por 16,5, con 3.471 casos registrados en 2022. Asciende sobre todo la violencia ejercida contra adolescentes (un 13,2%), y para ANAR resulta «especialmente preocupante» que casi la mitad de los menores de edad no era consciente del problema, ni percibía que estuviese siendo víctima de este tipo de violencia. 

Línea de Ayuda ANAR

  • La Fundación ANAR es una organización sin ánimo de lucro que ayuda a niños/as y adolescentes en riesgo, y cuenta con una línea de ayuda, tanto telefónica como por chat:
  • – Teléfono ANAR de Ayuda a Niños, Niñas y Adolescentes: +34 900 20 20 10
    ​- Char ANAR: chat.ANAR.org
    ​- Teléfono ANAR de la Familia y los Centros Escolares: +34 600 50 51 52
    ​- Teléfono ANAR para Casos de Niños/as Desaparecidos: 116 000

El maltrato físico y psicológico hacia los menores han sido los casos más alertados por adultos (en el 12,6% y 11,6% de los casos, respectivamente), seguido de las agresiones sexuales (un 9,4%). En total, la Fundación atendió más de Un millar de casos de agresión sexual en 2022. «Aquí han cambiado también las tendencias. El 10% de los menores refiere a un abuso sexual grupal, y cada vez hay más perfiles donde el agresor es otro menor de edad», advierte Diana Díaz, quien precisa que aun así el 80% de los agresores son adultos. 

El acoso escolar y el ciberbullying, por otro lado, ha experimentado también un aumento considerable en tan solo un año: ANAR ha recibido un 19% más de consultas sobre estas situaciones que el año pasado (de 3.225 casos en 2021 a 3.841 en 2022). El psicológico (84,9%), el verbal (79,9%), el social (71,5%) y el físico (61,5%) son los más frecuentes junto al ciberbullying (28,1%).

Más graves, más duraderos y más frecuentes

Recopilados los datos de las peticiones de ayuda de menores y adultos durante un año entero, la Fundación ANAR concluye con que las situaciones son más graves, más duraderas y más frecuentes. «Llevamos a cabo una media de 13 intervenciones de urgencia diaria», señala Díaz, quien recuerda también que los problemas detectados se producen desde hace más de un año en la mitad de situaciones (56,6%). 

La frecuencia, además, es diaria en un 55,5% de los casos (3,7 puntos más que en 2021), y la urgencia de los problemas atendidos es también cada vez mayor: en más de la mitad de los casos (53%) es alta, y en siete de cada diez se trata de casos graves. 

 

20 minutos