La Asociación La Barandilla refuerza esta área, que cuenta con psicólogos para todo tipo de terapias
Entre el momento en el que surge la idea del suicidio y se comete el acto en sí transcurren 90 minutos. Una hora y media durante la cual la persona que presenta la crisis suicida suele arrepentirse y pedir ayuda. Justo en esos minutos se producen aproximadamente el 20% de las llamadas que recibe el Teléfono contra el Suicidio (911 385 385) de La Barandilla. Esta asociación creó esta herramienta en febrero de 2018 para que cualquier persona que buscara ayuda antes o durante el intento de suicidio encontrara una voz que le recompusiera y le recordara que tiene motivos para seguir viviendo. Desde entonces, en estos cuatro años de vida, los voluntarios que están detrás de este teléfono han atendido más de 6.000 llamadas.
Son psicólogos, psiquiatras y terapeutas ocupacionales que dedican su tiempo a cambio de la mayor satisfacción que puede darte una profesión: salvar vidas.
«Lo que hemos pretendido durante estos años desde el Teléfono contra el Suicidio es dar una respuesta concreta que les ayude a superar los momentos de angustia encaminándoles a un proyecto de vida. Y lo hemos conseguido. Lo sabemos porque muchas personas vuelven a llamarnos para comunicarnos que siguen entre nosotros», comenta Ana Lancho, presidenta de La Barandilla.
El suicidio es el primer motivo de muerte no natural, por delante de los accidentes de tráfico. En 2020, un total de 3.941 personas se quitaron la vida, 11 personas al día. Esto supone un incremento del 7,4% con respecto a 2019. De ellos, un 74% eran varones (2.938) y un 26% eran mujeres (1.011), según los datos del INE y del Observatorio del Suicidio en España. Estos datos suponen un récord histórico en España.
«Ante esta dramática tendencia y la pasividad de las autoridades, la Asociación La Barandilla ha dado un paso al frente y ha creado un nuevo proyecto», adelanta Ana Lancho. En concreto, la asociación considera que intervenir antes o durante un intento de suicidio no es suficiente para prevenir todos los actos suicidas que se podría. Así, se ha marcado el reto de abrir una nueva área de Prevención del suicidio. Esta tendría el objetivo de ayudar a personas con ideas autolíticas o las que hayan consumado un intento de suicidio y a sus familiares. Para ello, contará con psicólogos formados en prevención y una trabajadora social, los cuales realizarán terapias individuales y grupales con personas que necesiten ayuda. Esta área funcionará de lunes a viernes de diez de la mañana a ocho de la tarde
«En nuestro sistema sanitario se trata a las personas que han intentado consumar su suicidio como si se le hubieran roto una pierna. Salen del hospital cuando ya no presentan lesiones físicas; sin embargo, mantienen las lesiones psicológicas. Pero no se les proporciona ayuda para que las superen o esta ayuda llega demasiado tarde. El mayor peligro de que vuelvan a buscar formas para quitarse la vida se da durante los tres meses posteriores al intento de suicidio. De ahí que la mayoría de estas personas reincida y muchos terminen consumándolo», lamenta José Manuel Dolader, director de La Barandilla.
Esta asociación asegura que el momento para poner en marcha herramientas que mitiguen la tendencia que venimos experimentando es ahora. «La pandemia ha hecho que la salud mental salga a la calle, que se hable más de ella. Y debemos aprovecharlo», urge la presidenta, que anima a colaborar con ellos en esta misión.