El Colegio Oficial de Asturias analiza un asunto que se ha convertido en la principal causa de muerte externa en España
Cada año se suicidan casi un millón de personas, lo que supone una muerte cada 40 segundos. En el año 2014, la Organización Mundial de la Salud elaboró un informe con el objetivo de promover la atención de los gobiernos sobre este problema, afirmando categóricamente que su prevención no solo es posible sino necesaria y urgente. En España, de acuerdo con los últimos datos del INE sobre defunciones por causa de muerte, el suicidio se mantiene como la principal causa externa de muerte y constituye el principal motivo de defunción entre las personas de 15 a 39 años.
De acuerdo a esos datos, la tasa de suicidios fue de 7,6 por cada 100.000 habitantes en 2018. Una cifra que sitúa a España entre los países con niveles más bajos en Europa, pero que confirma el suicidio como la primera causa de muerte externa en nuestro país con 3.539 fallecimientos en 2018. Cada día en España más de 10 personas fallecen por suicidio, más del doble de víctimas que por accidentes de tráfico.
La profesora del departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo y miembro de la junta de gobierno del Colegio de Psicólogos Asturias, Susana Al-Halabi Díaz, ha sido una de las ponentes invitadas al webinar ‘Tratamiento de la información sobre el suicidio desde los medios de comunicación: orientaciones desde la psicología de emergencias’ celebrado este fin de semana.
En A vivir que son dos días Asturias daba un mensaje muy claro: «El silencio informativo no es una opción, los medios deben comportarse como aliados para la prevención del suicidio» y también a la hora de situarlo como un problema de salud pública. «El problema de la conducta suicida siempre es multifactorial, complejo y dinámico. Nunca debe reducirse a una única explicación», ha señalado.
Al-Halabi apunta dos vías por las que los medios pueden contribuir con su labor en este papel de aliado. Una es evitando la información sensacionalista que «está demostrado en publicaciones científicas, determina una causalidad, por ejemplo cuando se escribe sobre ‘celebrities’ que se han quitado la vida voluntariamente». La otra pasa por no caer en los estereotipos que estigmatizan a una persona que haya podido tener tendencias suicidas. «Estas personas no siempre padecen un problema mental, ni quien lo intenta una vez lo va a seguir intentando siempre», ha explicado. El mensaje es que «hasta en las horas más oscuras de la noche al final llega el amanecer», metáfora que supone que de este grave problema se puede salir. Por eso Susana Al-Halabi pide a los medios que aporten una función de sensibilización dando visibilidad a la cuestión e incluyendo información de utilidad, como se hace con el teléfono de ayuda para las mujeres que sufren maltrato para que estas personas sepan que tienen a su disposición ayuda profesional.
La psicóloga de la Universidad de Oviedo también habla sobre el problema del suicidio entre los adolescentes y los efectos que el confinamiento ha podido tener en la mente.