Entre marzo y mayo solo hubo cuatro, y de junio a julio, dieciséis – Durante el estado de alarma se quitaron la vida siete varones y dos mujeres
El confinamiento derivado del estado de alarma por la covid-19 tuvo un impacto directo sobre la evolución de los suicidios registrados en Navarra, al igual que lo tuvo el desconfinamiento. Mientras que las restricciones de movilidad provocaron una caída notable en el número de casos autolíticos con resultado de muerte, ya que apenas hubo cuatro en los meses de marzo, abril y mayo –un tercio de lo previsible– en el conjunto de la Comunidad Foral, la desescalada posterior conllevó que el número de suicidios contabilizados en los meses de junio y julio en Navarra se dispararse hasta los 14 –el doble de lo previsible–.
Así se desprende de los datos recopilados por el Instituto Navarro de Medicina Legal y Ciencias Forenses, que hasta finales de septiembre acumulaba un total de 31 autopsias de personas que se quitaron la vida este año en la Comunidad Foral (23 varones y 8 mujeres). De ellas, nueve se realizaron entre el 15 de marzo (inicio del estado de alarma) y el 21 de junio (inicio de la nueva normalidad), cuando se quitaron la vida en Navarra 7 varones y 2 mujeres.
La evolución del número de suicidios por mes ha sido este año muy variable en Navarra: hasta que comenzó el confinamiento a mediados de marzo, la media de 3-4 suicidios mensuales se mantuvo en los meses de enero y febrero, con tres casos cada uno. «Pero a partir de marzo, la incidencia se desplomó, ya que en ese mes solo hubo un suicidio, dos en abril y uno en mayo», explica Iñaki Pradini, director del Instituto Navarro de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Para intentar explicar lo ocurrido, Pradini apunta que «el hecho de que todos estuviéramos en casa, aislados, confinados, acompañados, pudo hacer que las personas que tuvieran la idea de suicidarse la pospusieran o acabaran rechazándola, al estar más arropados o encontrar más dificultades para llevarla a cabo, aunque también ha habido algún caso en el que la persona ha aprovechado una ausencia puntual de un familiar para precipitarse». Pradini también destaca que «durante el confinamiento todos estábamos más ordenados, todo el mundo estaba en casa, solo se podía salir a comprar, a las 20.00 horas aplauso. Pero pasado ese momento de estar protegidos en casa, existía el riesgo de que volviera el miedo, la angustia, la ansiedad, y con ellas las ideas de quitarse la vida y el convencimiento de ejecutarlas».
DISPARADOS TRAS EL CONFINAMIENTO Los datos recabados por el Instituto Navarro de Medicina Legal y Ciencias Forenses así lo evidencian, ya que a partir del mes de junio cuando la Comunidad Foral ya se encontraba en la última fase de la desescalada, los suicidios se dispararon hasta duplicar los datos habituales: en junio se produjeron ocho casos autolíticos con resultado de muerte, los mismos que hubo durante el mes de julio. «Al volver poder salir de casa, al desaparecer el acompañamiento constante, se observa que el número de suicidios experimentó un importante crecimiento. Pueden ser personas que tuvieran la idea suicida o que incluso la vieran reforzada por la situación general derivada de la pandemia», señala el responsable del Instituto Navarro de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
La tendencia posterior indica que los suicidios se estabilizaron, ya que en el mes de agosto se volvieron a registrar tres muertes e esta índole, las mismos que hubo en enero o febrero, mientras que en septiembre ocurrieron dos. «La pandemia del coronavirus ha sido como una ola para los suicidios. En el confinamiento fue acumulándose tensión y al desaparecer las restricciones de movilidad la ola rompió, para volver después a un nivel normalizado, según muestran los datos de incidencias mensuales», argumenta Pradini, que advierte de que «a pesar de las variaciones, en el conjunto de los meses de marzo a julio hubo 18 suicidios, lo que arroja una media normalizada de 3-4 suicidios mensuales».
INFORMACIÓN VALIOSA A falta de estadísticas estatales y de otras comunidades autónomas, la información recabada por el Instituto Navarro de Medicina Legal y Ciencias Forenses puede servir como una primera referencia para prever cómo afecta un estado de confinamiento general como el ocurrido entre marzo y junio sobre la población. «Nuestra información se transmite al Servicio Navarro de Salud, cuyo personal puede analizar y estudiar los casos para poder prevenir y detectar en el futuro situaciones similares. De los datos es fácil concluir que en el caso de los suicidios son más delicados los meses posteriores al confinamiento que el propio confinamiento».
De mantenerse la proyección de suicidios, el año 2020 acabaría como uno de los ejercicios con menos casos de la última década en Navarra. Desde 2010, únicamente el año 2018 se cerró con menos de 40 suicidios, mientras que en 2015 se llegó a los 56.