- La tasa nacional de suicidio pasó de 6,4 en el 2017 a 7,2 por cada 100 mil personas en el 2018, en línea con una tendencia creciente desde los 80´s y los intentos de suicidio crecieron un 65%
- En algunos cantones llegó a ser el triple y en 31 cantones llegó a superar a los homicidios.
- El tabú es gigante y hace difícil encontrar la solución, pero un nuevo enfoque comunal puede dar una luz.
En diciembre del 2018 un profesor de secundaria en la Zona de los Santos se suicidó. La suya es una de varias trágicas historias que no quedaron oficialmente registradas como casos de suicidio.
La tasa nacional de suicidios en Costa Rica pasó de 6,4 en el 2017 a 7,2 por cada 100 mil personas en el 2018, y el intento de suicidio aumentó un 65%, pero la situación es más grave de lo que pueden reflejar las estadísticas.
Entre colegas y estudiantes del profesor habían muchos otros en riesgo suicida que no pudieron evitar preguntarse quién podría ser el siguiente. La Organización mundial de la Salud (OMS) calcula que por cada muerte hay al menos 20 intentos de suicidio más no consumados, muchos tampoco registrados.
En nuestro país se reporta sólo la tercera parte de los casos de suicidio, según el informe regional “Mortalidad por suicidio en las Américas” de la OMS.
“En Santa María de Dota el sacerdote asegura recibir más casos reportados de intentos de suicidio en el confesionario que los que reciben en las instituciones de salud” aseguró la socióloga Magda Madrigal. Ella y la psicóloga Adriana Maroto coordinan y son investigadoras del proyecto de Prevención del suicidio en Dota de la UCR.
Pero incluso sin tomar en cuenta el subregistro de datos se presenta un aumento a nivel nacional y comunidades escalan en las estadísticas duplicando y hasta triplicando la tasa nacional.
Durante el 2018 en 31 de los 81 cantones de nuestro país se cometió más suicidio que homicidio, en otros 11 se cometió la misma cantidad, según datos del INEC.
Los cantones suben y bajan por oleadas en las estadísticas. Cada uno es un mundo y mientras algunas comunidades empeoran otras se recuperan, y el año siguiente las que se recuperan empeoran, como dando periodos de duelo.
En las comunidades persisten los mitos y en las clínicas de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) el subregistro de datos. Sin datos es difícil realizar investigaciones y como consecuencia las instituciones no pueden identificar los factores de riesgo que deben atacar para prevenir más muertes.