Conflictos familiares, factor de riesgo en intentos de suicidio: según estudio

Según datos del INS, la población con mayor riesgo de suicidio está entre los 16 y 21 años.

Pérdida del año, diferencias con los padres, hermanos y pareja, soledad, aislamiento y rechazo de las personas que las rodeaban fueron algunos de los problemas más frecuentes que llevaron a mujeres entre los 10 y 19 años a intentar suicidarse, según reveló un estudio realizado en el sur de Bogotá por la Universidad Nacional.

 

La investigación encontró que las relaciones y dinámicas familiares conflictivas afectan de manera directa a adolescentes y jóvenes que presentaron hasta cinco intentos de suicidio. Ante esto, la investigadora Marcela Romero, magíster en Trabajo Social de la Universidad Nacional, manifestó que  “los motivos que desencadenaron los intentos de suicidio están relacionados con situaciones como rencor hacia los padres, falta de amigos, ausencia de la familia cuando la necesitan, bullying en el colegio, presión familiar, problemas con los hermanos y con la pareja, y discusiones constantes en la casa”.

Durante el desarrollo de la investigación, la experta abordó los casos de seis adolescentes mujeres, en los cuales advirtió que el problema se acentúa cuando ellas aseguran que su red de apoyo primaria son sus amigos y compañeros del colegio, mientras que en las relaciones con sus padres existe un gran abismo.

 

“Las mismas dinámicas complejas de comunicación, confianza, violencia intrafamiliar, falta de tiempo entre los miembros y otros aspectos, influyen en la relación de estas familias”, indicó Romero.

Durante las entrevistas semiestructuradas que se realizaron y el trabajo del grupo focal, se evidenció la falta de comunicación permanente entre las adolescentes y sus padres o cuidadores.

 

“La falta o cruce de tiempos entre adolescentes y familia ocasionó que las primeras guardaran silencio y no compartieran sus problemas, desconfiaran de los adultos de la familia prefiriendo los amigos del colegio o del barrio, los cuales posiblemente compartieron las mismas experiencias y sentimientos”, comentó la magíster.

Aunque algunas adolescentes consideraron la ayuda de los centros de atención hospitalaria en el momento del intento suicida como factor protector, otras veían lejanas estas instituciones, no les agradaba asistir a las terapias o tomar los medicamentos que les formulaban, sentían que la situación por la que estaban pasando empeoraba.

 

“Es clave la manera como las instituciones abordan a las adolescentes para que no se sientan juzgadas, sino, por el contrario, que sean instancias a las que pueden recurrir para recibir ayuda y sentir un respaldo para conservar su vida”, recomendó la investigadora.

En el estudio se analizó cómo su entorno está vinculado con las redes sociales, lo que se observa en la cartografía social y en las diferentes relaciones que se dan en el territorio más próximo descrito por ellas, que fue predominantemente el colegio y sus viviendas.

La investigadora describió además que algunas de las familias de las adolescentes viven en zonas donde el entorno social es complejo por el alto consumo de sustancias psicoactivas por adolescentes y de alcohol por los adultos, zonas verdes inseguras para el manejo de tiempo libre y disfrute de zonas de mayor gusto por los adolescentes.

“Algunos espacios físicos generan situaciones de riesgo porque se prestan para el consumo de sustancias psicoactivas, alcohol y otras drogas que los adolescentes utilizan para evadir su realidad”, indicó.

Según datos del Instituto Nacional de Salud (INS), la población con mayor riesgo de suicidio está entre los 16 y 21 años; así mismo, que la prevalencia de vida de intento de suicidio varía entre 5,2 y 3,6 %.

Por su parte, el Ministerio de Salud indica que en el periodo 2009-2015 las tasas de intento de suicidio entre los 10 y 19 años aumentaron de manera progresiva, pasando de 2,53 a 7,49 por 100.000 habitantes en el grupo de 15 a 19 años, y de 0,83 a 2,86 en el de 10 a 14 años.

El suicidio se considera hoy como un problema de salud pública en todo el mundo y se encuentra entre las tres primeras causas de muerte de las personas de 15 a 44 años, y la segunda en el grupo entre los 10 y 24 años. Colombia ocupa el tercer lugar con mayor número de casos, después de Cuba y Brasil.

laopinion.com

Deja una respuesta