Los niños y adolescentes que sufren violencia interpersonal tienen más riesgo de quitarse la vida cuando sean jóvenes o adultos jóvenes
El suicidio es la primera causa de mortalidad en el mundo en los chicos de entre 15 y 19 añosP
Abusos sexuales o acoso escolar. Estos son los principales factores para que un niño que ha sufrido alguno de ellos decida quitarse la vida a una edad temprana. Así lo desvela un estudio del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), que asegura que los jóvenes que padecen cualquier tipo deviolencia interpersonal durante su desarrollo tendrán en un futuro un mayor riesgo de morir por suicidio, o en su defecto, intentarlo.
Las consecuencias de una exposición a un hecho que les cause daño físico, psicólogo o sexual en edades tempranas las sufren en particular los jóvenes y adultos jóvenes, con edades comprendidas entre los 12 y los 26 años. Entre las secuelas, quedan múltiples problemas emocionales y de comportamiento, lo que deriva en una mayor vulnerabilidad a comportamientos suicidas e, incluso, a la muerte por suicidio.
El informe concluye que esto se debe a que la infancia y la adolescencia son períodos críticos del desarrollo de la persona, los cuales están asociados a una etapa principalmente sensible. Por este motivo el Instituto del Mar reclama que estos jóvenes «deben ser considerados objetivos potenciales de los programas de prevención de suicidios».
El director del estudio y coordinador del Grupo de Investigación en Servicios Sanitarios, Jordi Alonso, añade que «aquellos que han sido víctimas de violencia interpersonal en su etapa de desarrollo tienen dos veces más riesgo de intentar quitarse la vida cuando son jóvenes o adultos jóvenes. Este riesgo casi se cuadruplica cuando el abuso ha sido sexual. No obstante, la asociación aumentahasta 10 veces con respecto a los niños y adolescentes que no han sido víctimas«.
Alonso asegura a EL MUNDO que «en el estudio se estima que si teóricamente se eliminara todo el bullying, se evitarían el 22% de los suicidios cometidos antes de los 26 años de edad. Sin embargo, esto no significa que la violencia sea la causa del suicido. El sufrimiento asociado al maltrato y otros factores de vulnerabilidad del niño pueden llevar a la depresión y otros trastornos de la conducta que a su vez sean causa de las conductas suicidas».
Consecuencias de la violencia interpersonal
Más de un millón de personas en el mundo mueren cada año como consecuencia de la violencia interpersonal, recuerda el Instituto del Mar. «Los niños y los jóvenes son los grupos con mayor riesgo de ser víctimas de esta violencia que agrupa a la violencia física, el abuso sexual, el abuso emocional, la negligencia, el bullying, la violencia de pareja y la violencia en la comunidad».
«La exposición a la violencia durante la infancia tiene consecuencias tanto a corto como a largo plazo. Las víctimas de violencia interpersonal tienen, además, más probabilidades de presentar trastornos mentales, consumo de drogas, infecciones de transmisión sexual y comportamientos sexuales de riesgo» afirma Pere Castellví, colaborador del propio estudio e investigador del Grupo de Investigación en Servicios Sanitarios del IMIM.
«Eliminar de la conciencia de un menor el hecho de haber estado expuesto a una situación de violencia interpersonal es, lamentablemente, poco probable. Por ello, estas personas tienen que considerarse objetivos potenciales para los programas de prevención de suicidios. Es necesario anticiparse a este posible comportamiento y acompañar a las víctimas», añade Alonso, director del informe.
Desde el IMIM declaran que «hay intervenciones eficaces para prevenir el maltrato infantil. Las más eficaces son en las que se actúa en el seno de la familia: visitas domiciliarias de enfermería, educación a los padres y cuidadores o soporte al cuidado de los niños».
Según el Instituto del Hospital del Mar, hay que facilitar mucho más que las víctimas informen de su problema y desarrollar programas de prevención universal tanto en las escuelas como para los futuros padres. Asimismo, concluyen que durante los últimos 45 años las tasas de suicidio en todo el mundo han aumentado en un 60%, y los jóvenes son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países, tanto desarrollados como en países en vías de desarrollo.