Mito y realismo del suicidio dominicano

El investigador Frazer en su libro La Rama Dorada¨¨ acota lo que un misionero del El África negra occidental le narro: “Entre las costumbres del país, una de las más curiosas es incuestionablemente la de juzgar y castigar al rey. Si él ha merecido el odio de su pueblo por excederse en sus derechos, uno de sus consejeros, sobre el que recae la obligación más pesada, requiere al príncipe para que se vaya a dormir, lo que significa sencillamente envenenarse y morir”.

Antes de que el padre Las Casas consiguiera el reemplazo de los aborígenes en el corte de la caña, por mano de obra esclava africana, los indios utilizaban el líquido crudo extraído de la yuca amarga para practicar el suicidio en masa. En la guerra de la Reconquista, el 7 de noviembre de 1808, en la batalla de Palo Hincado, el general francés Louis Marie Ferrand, derrotado por las tropas de don Juan Sánchez Ramírez, optó por quitarse la vida disparándose con su pistola, en la legendaria cañada de Guaiquía. 173 años después, siendo más preciso, en la madrugada del domingo 4 de julio de 1982, el entonces presidente constitucional de la República Dominicana se hería mortalmente con su revólver, causándose un disparo en la cabeza. En la jerga cotidiana criolla la gente ordinaria usa poco la forma verbal del suicidio, en cambio es común escucharla decir: fulana se envenenó, fulanito se ahorcó, mengano se tiró del puente, o perencejo se dio un tiro en la sien.
En el período comprendido entre el año 2012 y el 2016 se realizaron 307 autopsias que correspondieron a suicidios ocurridos en ese lapso de 5 años. Los años con el mayor número de víctimas fueron el 2012 con 100 fatalidades y el 2015 con 83. Hubo 252 casos de género masculino, en tanto que solamente 55 resultaron ser del sexo femenino. El mayor número de muertes aconteció entre los 31 y 40 años de edad con total de 70 decesos, mientras que 62 fallecimientos sucedieron entre 21 y 30 años. Las edades comprendidas entre los 41 y 50 años acumularon 53 tragedias fatales. 26 muertes ocurrieron entre los 11 y los 20 años. Noventa y dos defunciones se registraron después de los 51 años. En la primera década de la vida se contabilizaron 4 suicidios en dicho quinquenio.

En cuanto a la causa básica de muerte se refiere, ciento cuarenta y ocho defunciones fueron por ahorcadura, seguida de herida por arma de fuego con ochenta y ocho casos. 38 fallecimientos tuvieron el envenenamiento como causa de muerte. Hubo 13 lanzamientos al vacío. Resulta interesante observar la alta frecuencia de un episodio depresivo antes de la tragedia, usualmente de naturaleza exógena. La desilusión o desengaño pasional, conjuntamente con las quiebras financieras, los endeudamientos, las enfermedades crónicas y los hábitos tóxicos eran comunes.
En los países ricos el suicidio suele verse en personas retiradas, veteranos, divorciados, viudos, ancianos y depresivos endógenos crónicos. Muertes aparentemente suicidas en jóvenes, asociadas a drogas suelen ocurrir de manera accidental.
En la República Dominicana moderna se matan los pobres, hombres y mujeres; se ahorcan y disparan los machos; las hembras se envenenan, en tanto que es raro que un rico se quite la vida, si lo hace siempre será de manera accidental. ¡Estas son curiosidades del suicidio criollo!

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