Kate Spade fue una víctima de la presión, del estrés y de su trabajo, exigente e imparable. La diseñadora fue hallada muerta el 5 de junio en su apartamento de Nueva York y la policía aclaró rápidamente que se había tratado de un suicidio.
Así, ahora la Fundación que lleva su nombre quiere ayudar a aquellos que se encuentran en una situación de desesperación como la suya, y para ello va a donar un millón de dólares (unos 870.000 euros) para la prevención del suicidio.
Como explica la agencia Associated Press, la compañía dio el primer paso para dicha donación el miércoles 20 de junio, cuando la llamada Kate Spade New York Foundation decidió donar un cuarto de millón de dólares (217.000 euros) a la llamada Crisis Text Line, una línea de mensajes de texto para personas en dificultades que está abierta las 24 horas del día y es plenamente confidencial.
Además, la fundación ha anunciado que realizará donaciones a diversos servicios públicos a lo largo del mes de junio. La empresa también permanecerá implicada en la prevención, y que realizará unas jornadas de atención a la salud mental como parte de su programa de bienestar.
La muerte de Spade ha sido la última que ha conmocionado al mundo de la moda, pero no ha sido el primer suicidio que la ha golpeado. Pocos años atrás fueron muy sonados los de la diseñadora L’Wren Scott, en marzo de 2014, o el del creador británico Alexander McQueen, en febrero de 2010. Su muerte impactó de tal manera en el mundo de la moda que ahora, ocho años después, se ha estrenado en cines un documental sobre su legado.