El Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia ha difundido un comunicado del Movemento Galego da Saúde Mental en el que se denuncia que el reciente suicidio de una mujer en el Hospital Lucus Augusti, en Lugo, pudo haberse evitado, y lamentan lo que consideran un «fracaso» en la prevención del suicidio y la «falta de concreción» del Plan de Prevención do Suicidio en Galicia publicado por el Servicio Galego de Saúde (Sergas) en septiembre del pasado año.
El suceso ocurrió el pasado 12 de mayo, cuando una mujer de 74 años ingresada en la planta de cirugía vascular del Hospital Universitario Lucus Augusti (HULA) falleció tras caer de un cuarto piso a un patio de este centro hospitalario lucense. Según el Movemento Galego da Saúde Mental (MGSM), la mujer había confesado a su nieto 24 horas antes su intención de morir, lo que finalmente ocurrió. Siempre según la información con la que cuenta el MGSM, «este familiar comentó cómo estaba notando anímicamente a su abuela, debido a su situación de salud y a otras circunstancias personales».
«El nieto se queja de la falta de información y la explicación formal por parte de los responsables del hospital, a quienes no se les ha permitido ver el cadáver del difunto y valorar todo lo sucedido como un efecto de negligencia», señala este movimiento de defensa de la sanidad pública, que lamenta «profundamente las circunstancias de su muerte».
Para este colectivo, «las plantillas profesionales son insuficientes y por debajo de los estándares requeridos para asegurar la calidad adecuada de la atención (de los que la seguridad del paciente es uno de sus componentes) a la atención psiquiátrica y psicológica especializada para pacientes hospitalizados».
Destaca el MSGM «la carencia de un programa de prevención del suicidio en el hospital, del que, a pesar de la propaganda realizada por la Consellería de Sanidade y el Sergas en relación a este tema, no se tienen noticias ni siquiera de su elaboración».
El Movemento Galego da Saúde Mental denuncia que no se aplican procedimientos de actuación ante pacientes con riesgo de suicidio, y los que existen solo se emplean en las unidades de hospitalización psiquiátrica. Recuerdan que «el suicidio no está restringido a las personas diagnosticadas con una enfermedad mental».