La prevención es la clave para luchar contra el suicidio, pero en la Comunidad de Madrid sólo hay tres hospitales públicos que cuentan con programas de este tipo, una situación que cambiará con el nuevo Plan de Salud Mental 2018-2020, que prevé extender esta actuación a todos los centros.
«Los resultados están siendo muy buenos», asegura a Efe el doctor Néstor Szerman, jefe de los Servicios de Salud Mental Retiro, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
Junto con el Doce de Octubre y la Fundación Jiménez Díaz, es el único hospital público madrileño con un programa específico de prevención de suicidio.
Un equipo de psiquiatras, psicólogos, enfermeros y trabajadores sociales estudian los casos que les llegan derivados fundamentalmente de los servicios de urgencias hospitalarias y de Atención Primaria.
Desde la puesta en marcha del programa en 2012, el Gregorio Marañón ha atendido a un total de 125 pacientes con riesgo de suicidio, de los cuales 42 han continuado el tratamiento en una segunda fase más intensiva de tres meses con posibilidad de prórroga.
De todos estos pacientes, tres consumaron el suicidio, pero ninguno de ellos lo hizo durante el desarrollo del programa, que combina las llamadas telefónicas con los fármacos y la psicoterapia, en función de las necesidades.
«Un sólo suicidio es una tragedia inasumible, no podemos ser nunca triunfalistas, pero la Comunidad de Madrid tiene la tasa de suicidio mas baja de España», señala a Efe la responsable de la Oficina Regional de Coordinación de Salud Mental del Servicio Madrileño de Salud, Mercedes Navío.
En 2016, último año con datos disponibles, un total de 305 personas se quitaron la vida en la Comunidad de Madrid, según el Instituto Nacional de Estadística.
En esta región la tasa de suicidio es de 4,72 personas por cada 100.000 habitantes, mientras que la media nacional es de 7,77.
Los expertos coinciden en que la prevención es la clave para luchar contra el suicidio, y por eso el nuevo Plan de Salud Mental 2018-2020, pendiente de aprobación, extenderá este tipo de programas a todos los hospitales públicos madrileños.
Además, el plan, que incluye una línea completa de prevención de suicidio, refuerza la formación de profesionales y las campañas de sensibilización que la Comunidad de Madrid ya ha puesto en marcha en años anteriores.
«El tabú social hace que el sentimiento de vergüenza y de culpa de las personas que piensan en el suicidio los paralicen en lugar de pedir ayuda», lamenta la coordinadora regional de Salud Mental, que subraya por ello la importancia de «detectar a la población de riesgo» y «actuar de manera inmediata».
Desde la Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicidio (Aipi), animan a luchar contra este «tabú» informando del tema con sensibilidad y rigor y sin dar una «explicación simplista» a un problema social que es «multifactorial».
«El mayor desencadenante son las rupturas de pareja», explica a Efe el presidente de Aipis, Javier Jiménez, psicólogo clínico de profesión, que pide «más medios económicos y humanos» para prevenir el suicidio.
La soledad, la incomprensión y el acoso escolar son otros factores que pueden llevar al suicidio, según el presidente de Aipis, asociación que cada año atiende a alrededor de 600 personas incluyendo profesionales, ciudadanos en riesgo y aquellos que han sufrido una pérdida de un ser querido por este motivo.
Entre ellos está José Carlos Soto, cuya hija se suicidó hace tres años y que esta semana ha ido en representación de Aipis a la Comisión de Sanidad de la Asamblea de Madrid para visibilizar este asunto y pedir medidas.
«Hay mucho dolor silenciado en torno al suicidio, debería ser considerado un problema de salud pública de primer nivel», les dijo a los diputados regionales, a los que pidió la elaboración de una ley de prevención del suicidio en la Comunidad de Madrid.
A falta de conocer los detalles del nuevo Plan de Salud Mental, los parlamentarios de la oposición consultados por Efe no ven necesaria una ley específica.
Todos coinciden en la necesidad de aumentar los recursos para prevenir el suicidio, una problemática que afecta a hombres y mujeres de distintas edades y que es la primera causa de muerte entre adolescentes.