France Télécom: el infierno contado por sus víctimas

Estuvo años sin hablar. Un nódulo de temor, angustia y vacío le obstruía cuerpo y alma. Su mutismo duró años pero hoy Joel Peron ya no tiene miedo. Quiere que conste su nombre, alto y en mayúsculas. Valiente, quiere dar a conocer qué pasa en las oficinas de France Télécom. «Soy responsable de mis palabras. Ya no tengo miedo», confiesa a ELMUNDO.es.

Este ‘casi prejubilado’ de 59 años se ha pasado media vida en los pasillos de la mayor operadora de telefonía de Francia. La misma que arrastra unalista negra de 60 suicidios, varios intentos fallidos y decenas de bajas laborales. La última víctima, Rémy L., la segunda en lo que va de año, fue compañero de Joel. Éste confiesa que pensó muchas veces en compartir el mismo destino.

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